Yawarana revive la riqueza mitológica de once comunidades indígenas de Venezuela.
Éste es el segundo montaje de la naciente Compañía Nacional de Circo (CNC), que congrega en la presente propuesta a veintidós artistas.
La muestra ha conquistado multitudes en decenas de regiones de la geografía nacional y llega por primera vez a suelo crepuscular.
Acróbatas, malabaristas, equilibristas, trapecistas, magos y payasos destilan su enigma y gracia bajo la majestuosa carpa circense que da cobijo al espectáculo y permanece en el estacionamiento del Complejo Ferial Bicentenario de Barquisimeto.
Con una infraestructura que puede acoger hasta a mil doscientas personas por presentación, la CNC invita al colectivo a deleitarse en su más reciente apuesta, que condensa tres años de esfuerzos y una admirable jornada investigativa, que se traslada a la cotidianidad de las tribus que emergieron en esta nación.
En sus últimos días, Yawarana espera recibir al público larense de miércoles a viernes a las 6:00 p.m. y este fin de semana en dos funciones, a las 3:00 y 6:00 p.m. El espectáculo es gratuito, apto para toda la familia y se despide de la ciudad crepuscular el domingo 26 de agosto.
Dos horas de actos innovadores prometen cautivar a los espectadores que serán testigos del nacimiento de un movimiento artístico con sello particular.
Un lenguaje propio
Entre acrobacias y rituales ancestrales los protagonistas, bajo la dirección de Jericó Montilla y Gloria Núñez, evocan el imaginario étnico.
Más allá de la destreza, Yawarana es el fruto de un lenguaje circense propio, que se desprende de la limitada demostración y cultiva reflexiones en las multitudes.
La fusión de contorsiones con tradiciones indígenas desemboca en un espectáculo cargado de la simbología.
Dicha propuesta trata de la magia y mitología que atesoran los nativos de este país, pero ademásde rescatar el imaginario de las tribus wayú, pemón, kanare, yanomami y panare hace un llamado de conciencia, que traslada al público a una realidad: la extinción de la etnia Yawarana, cuyo hábitat estaba, hace años, en las costas de Caribe y el daño ambiental los obligó a migrar a los estados del sur, Bolívar y Amazonas.
A través de la puesta en pista, la CNC rescata parte de las costumbres de esta comunidad.
La esencia sensibilizadora se combina con el enérgico relato de decenas de artistas circenses.
Impresionantes actos sobre novedosos elementos, nunca antes incorporados en espectáculos venezolanos, son parte de esta cita. Números sobre la rueda alemana, el mástil chino y la cuerda volante se suman a la mágica historia, enmarcada en la alegría del circo.
Danzas de encanto, completamente inmersas en la tradición, también se funden en Yawarana. Un extraordinario repertorio sonoro se suma al festín de movimientos y enérgicos pasos del elenco. Con tonadas indígenas de Edmundo González y temas de autores como Gerry Weil y Raúl Abzueta brotan las anécdotas de trasfondo aborigen.
Fotos: Cortesía Victoria Delgado
