En la paleta de Jesús Pernalete Túa estaban cinco gotas de colores. Para pintar su historia de vida escogió el verde de la esperanza.
Si preguntamos quién quiere dibujar el futuro del país, será el primero en levantar la mano. Sensible a los acontecimientos de su entorno, sus lienzos multicolores descubren el pensamiento social de un barquisimetano que nació con una destreza: exponer sus convicciones a través del arte.
Creativo de pies a cabeza, carga terciado en el hombro un morral lleno de historias que forman parte de su experiencia como artista plástico. Sin embargo, se encontró de frente con la oportunidad de enseñar el arte y ahora los niños son sus mejores amigos.
Así es el invitado de este desayuno foro. En compañía de Juan Manuel Carmona, director del diario EL IMPULSO; Violeta Villar Liste, jefe de Información; Billy Castro, jefe de Fotografía; Maevy Cordero, coordinadora de la página web, y quien suscribe, desplegó sobre la mesa cuatro cuadros que son el sumario de una vida polifacética.
Infancia: Ya vuelvo Barquisimeto
Su papá es caroreño y su mamá fue una barquisimetana que le enseñó la mejor técnica para trazar un camino derecho.
“Mi mayor tesoro fue haber nacido de una mujer que me dio lecciones de constancia. A ella le debo muchas alegrías”, dijo en tono reflexivo.
Nació con un pincel en la mano y desde los siete años carga la ropa pintada de acuarela.
“Mi maestra fue la primera que dijo que tenía la habilidad. Confieso que desde que tengo uso de razón tengo fascinación por los espacios amplios, por la naturaleza y de manera muy particular, por los temas sociales.
Estudié fuera del estado Lara; mi familia se mudó a la capital del país por motivos de trabajo, pero jamás renuncié al cielo naranja de mi ciudad natal”.
En este sentido, Caracas fue circunstancial; Barquisimeto, tenía calor de hogar, representaba el calor del abrazo de la abuela materna y el sabor de una comida en familia.
Adolescencia: ¿Arte o ambiente?
“En Caracas me crié en un apartamento, quizás eso influyó en mis deseos de estar en espacios que me permitieran sentirme independiente. Quería estar cerca de la naturaleza, incluso sembraba en los materos del balcón semillas de caraotas”, recordó.
Dos pasiones le quitaban el sueño a un joven quien pronto recibiría su título de bachiller y debía escoger una ruta para ingresar en la universidad.
Sus deseos de pasar una vida entre pinceles y colores, coincidían con las ganas de aprender a trabajar la tierra.
Juventud: Mucho gusto soy el príncipe Carlos
Jesús Pernalete Túa siempre fue buen estudiante. Por sus méritos ganó una beca en el Colegio del Mundo Unido, una organización internacional con presencia en 125 países cuyos criterios de formación surgen de las ideas del pedagogo Kurt Hahn, fundador del colegio Outward Bound Trust en Gales.
“A la institución ingresaban jóvenes de todo el mundo. En Barinas estaba una sede donde estudiaban adolescentes del Caribe y yo ingresé para estudiar Administración de Empresas Agropecuarias.
El padrino del colegio era el príncipe Carlos de Inglaterra y cuando vino a inaugurar la sede yo pinté un cuadro que firmaron todos los estudiantes. Es decir que más de 20 nacionalidades estaban incluidas en el obsequio que se le entregó”, dijo.
Más adelante, prosiguió, hice mis pasantías en el Delta del Orinoco y fue una oportunidad para alimentar mi arte con los escenarios naturales del lugar.
Ahora bien, ¿cómo estrechar los lazos de dos oficios que en apariencia se dan la espalda? Este barquisimetano se reveló a lo predecible y matizó sus lienzos con cándidos dibujos en honor a la naturaleza venezolana.
Contemporáneo: Soy un pintor sin angustias
Una invitación llegó a sus manos. A principios del nuevo siglo, Jesús preparó maletas y emprendió viaje a Inglaterra tras ser invitado para una actividad en la sede principal del Colegio del Mundo Unido.
“Por segunda vez me pidieron una cuadro para el príncipe Carlos como obsequio del nuevo milenio. Se le entregó y más tarde lo pude conocer personalmente. Soy un pintor sin angustias; pinto lo que me gusta y qué bueno que a él le agradó el obsequio”.
Quien quiera tomar lecciones de cómo ser fiel a sus convicciones y cansarse con el éxito, acérquese a sus talleres en alianza con la Fundación Juan Carmona del diario EL IMPULSO y seguro lo conseguirá en alguno de los pasillos. Es un hombre pintado de colores, quien no carga en la mano un maletín, sino un cúmulo de ideas para observar un futuro ideal desde la inocencia de un niño y el riesgo del adolescente.
En familia
En los ´90, mientras en la vida profesional del artista plástico se aproximaban experiencias inolvidables que brillan como precedente en su currículo, en casa tres hijos varones y una mujer, con virtud de paciente y considerada, esperaban al versátil Jesús Pernalete.
“Viví en Barinas y Caracas y en todo ese tiempo traté de administrarme bien para darle calidad de vida a mi familia. Mi esposa se dedicó a mis hijos, quienes tuvieron una bonita infancia en el campo, incluso compré una finca y después la vendí para definitivamente residirme en la capital de país.
Después conocí a Sofía Ímber, en el Museo de Arte Contemporáneo y ahí comenzaron mis deseos de ayudar a un grupo de niños de la calle a través de la enseñanza del arte, de hecho se formó la primera orquesta de niños en esta situación.
Ahora todos están incluidos en este mundo de arte y labor social”, mencionó.
Centro de arte Cratium
Después de vivir por un tiempo en Inglaterra, Pernalete residió en España. De regreso procuró establecer criterios firmes en un proyecto ideado mientras estuvo en el Museo de Arte Contemporáneo: crear un centro de arte para la reconstrucción social. Fijó las bases de su hogar en Barquisimeto y nació Creatium, donde pequeños de todas las edades estimulan su pensamiento creativo.
“En un taller convencional, sólo te enseñan la técnica. Nosotros metemos a los niños en el pensamiento del artista para que lo analice y luego reproduzca la obra a su manera. No tengo compromisos con estilos y técnicas. Ando sin procupaciones con respecto al tema.
Los niños me aportan la libertad de crear lo que pienso y siento. El arte es popular; no es elitesco, por eso me alimento de la inocencia de los niños y de su talento innato.
Cuando estoy en talleres me pinto los zapatos, la franela y los pantalones. Soy independiente y disfruto del trabajo que hago”.
Twitter Foro
A través de nuestra cuenta twitter @elimpulsocom usuarios hicieron llegar sus preguntas al entrevistado del Desayuno Foro, Jesús Pernalete Tua. Esto respondió el artista plástico:
@Consuelovm: ¿Cuándo dictará cursos para adultos que quieran incursionar en las artes plásticas?
R: Está planificado en el proyecto Creatium-Villalón, vamos a dictar un taller inspirado en las lecciones de dibujo y pintura de Leonardo Da Vinci, Leonardo Da Vinci dejó muchas reflexiones y técnicas que yo he venido investigando. Este taller está planteado para el mes de noviembre
@luispinto_1 ¿Qué mensaje quiere dejar a la sociedad a través de su trabajo?
R: Hay que ser más amorosos, compasivos y más bondadosos, es el aspecto que nos está faltando a nosotros como sociedad, nos hemos endurecido y vuelto indolentes ante los problemas de los demás. Creo que se resumen en el concepto que promuevo de la “paz positiva”, que habla de amor, afecto y amistad y también de la solución no violenta de los conflictos. Este concepto permite hablar de una paz que se construye entre el ser humano, no viene de un Gobierno o de ejércitos extranjeros, la paz positiva es una posición entre ciudadanos. El futuro no lo va a construir nadie sino nosotros y para ello hay que ponerse de acuerdo para construir la paz.
@Lvn22 ¿Qué estimula en los niños cuando hacen sus talleres?
R: Estimulo la autoestima, La capacidad de expresión, la libertad de expresión y el respeto al prójimo
MCG
Fotos: Billy Castro