Los bomberos luchaban este miércoles contra un incendio que lleva arrasadas 10.000 hectáreas en el norte de España, agravado por altas temperaturas que castigan al país, informaron los servicios de emergencia de la región Castilla y León.
Provistos de mangueras, protegidos por sus uniformes rojos, los bomberos luchaban en tierra contra las llamas que devoran los bosques, dejando tras su paso un lúgubre espectáculo de troncos calcinados cerca de la localidad de Castrocontrigo, en la provincia de León.
Desde el aire, 26 aviones y helicópteros intentaban apagar las llamas, coordinados por otros tres aparatos aéreos.
En total, unas 600 personas trabajan intensamente en extinguir este incendio declarado el domingo y que seguía «activo» el miércoles, según un comunicado de los servicios de emergencia.
«Aunque el incendio está estabilizado, las difíciles condiciones meteorológicas debidas a la sahariana (aire caliente procedente del desierto, ndlr) situada encima de la Península Ibérica puede provocar un cambio de evolución en cualquier momento», advierten.
«Por ahora, no hay riesgos para la población», precisaron.
El ministerio del Interior alertó el viernes del elevado riesgo de incendios en los próximos días debido a suelos muy secos, un fenómeno agravado por las altas temperaturas registradas en gran parte del país.
Golpeada este invierno (boreal) por una sequía sin precedentes en los últimos 70 años, España registra este verano incendios devastadores.
Las llamas han convertido en ceniza 139.886 hectáreas entre el primero de enero y el 12 de agosto, es decir el 0,5% de la superficie forestal del país, según el ministerio de Agricultura, lo que supone una catástrofe sin precedentes en los últimos diez años.