Aunque las autoridades tienen un mapa trazado sobre las zonas donde ocurren con más frecuencia los delitos en el estado Lara, la realidad es que cualquier parte de la ciudad es de riesgo, de no tener precaución para evadir al hampa.
El comisario Luis Rodríguez, segundo comandante de Polilara, expresó que las personas siempre, sin importar el lugar en el cual se encuentren, deben hacer constantemente un paneo visual de 360 grados para ver si hay algún sospechoso rondándolo.
Rodríguez recomienda también no andar en la calle hasta horas muy altas de la noche, ni por sitios muy solitarios. Dice que si se camina por una calle solitaria lo mejor es desviar el paso o devolverse para evitar a posibles asaltantes.
Douglas Rico, comisario retirado del Cicpc, recomendó que a la hora de entrar a la casa, se debe mirar bien a todas partes para ver si hay gente y así evitar ser sometido y metido a la casa, donde pudiera poner en riesgo al resto de la familia. Agrega que si se anda en carro las personas pueden seguir de largo y dar unas cuadras para abrir el portón de la vivienda cuando los sospechosos se hayan retirado. La otra opción es llamar a los familiares de la casa para que estén pendientes de la llegada. “Al salir lo mejor es dejar objetos de valor que sean muy llamativos, como prendas de oro, relojes costosos y no sacar los celulares en la vía pública. En el caso de no poder evitar ser interceptado por algún atracador, lo mejor es mantener la calma y entregar las pertenencias que exija el atracador. “Nada es más importante que la vida. Lo mejor es entregar todo y ni siquiera mirarlos a la cara porque pueden creer que estás tratando de identificarlo y por eso pueden ponerse nerviosos y disparar”, dijo Rico.
“Recordemos que la mayoría de los atracadores son personas muy jóvenes, entre 15 y 21 años la mayoría, quienes, ante cualquier acción que los contraríe, pueden perder el control y matar por los nervios”
Las víctimas del hampa
Los expertos en seguridad y las mismas víctimas del hampa sostienen que a veces un simple descuido puede convertir a una persona en víctima de un atraco. Juan Flores, quien vive en la urbanización Los Crepúsculos, dice que hace pocos meses cuando salió de su casa en la calle 11 hacia la avenida principal a tomar el transporte público para ir a su trabajo en el centro de la ciudad, le repicó el celular que llevaba dentro del bolso. “Sin pensarlo lo saqué para responder, pero dos hombres que venían caminando hacia mí sacaron un arma y se me atravesaron en el camino. No pude correr y me obligaron a que entregara el teléfono y el bolso donde llevaba el almuerzo. Decían que si me resistía me mataban. Les entregué mis cosas y tuve que devolverme a la casa”, contó Flores.
Pero hay otras personas que tienen menos suerte como Andri Lucena a quien un asaltante lo interceptó en la avenida principal de Santa Isabel para quitarle una cadena de oro. Corrió y el hombre le disparó en la pierna derecha, caminó hasta él y le quitó la cadena. “Creo que no me asesinaron porque me hice el muerto, pero de lo contrario no me habría perdonado la vida”.
Infografía: Omar David Suárez