#opinion: Medalla, Política y Gestión por: Exequíades Chirinos

No cabe duda que el logro de Rubén Limardo alcanzando el Oro Olímpico llena de orgullo y satisfacción a todos los venezolanos, y en especial a quienes lo han acompañado por el camino de la preparación durante seguramente tantas horas solitarias de esfuerzo físico y emocional, como debe ser cualquier entrenamiento para alcanzar niveles de excelencia mundial. Por este logro no queda sino felicitar al atleta, a la persona.
Lamentablemente no se puede extender esta felicitación al “sistema”, ya se ha dicho bastante sobre cómo apenas pocos meses antes el que hoy es un héroe deportivo nacional se quejara diciendo que “lo más preocupante para mí fue clasificar sin el apoyo del Ministerio del Deporte. El presidente tiene que estar enterado de esto”.
Se ha comentado también bastante sobre los esfuerzos familiares y la intervención de recursos privados para lograr que el atleta pudiera estar en los Juegos Olímpicos. Más allá de todas estas circunstancias, hay algo que la frase con la que termina el propio Limardo en su tweet anterior deja en evidencia, la persistencia de la disociación en gran parte de la población entre el Presidente y su gestión.
En el mencionado tweet, Limardo escribe “El presidente tiene que estar enterado de esto”. Frase sin duda acusadora, dirigida a señalar ante la máxima autoridad a aquél que no ha cumplido con sus labores. Aparentemente tuvo que esperar ganar una medalla olímpica este venezolano para captar la atención presidencial. Qué podrán hacer otros tantos compatriotas para que el Presidente se percate que el “sistema” no está funcionando, no solo en el Deporte sino en muchas áreas que afectan la vida cotidiana de muchos venezolanos.
Todas estas anécdotas en torno a este oro olímpico terminan con una dedicatoria por parte del medallista al “presidente Chávez”, además de su madre y al pueblo venezolano en general. Esta dedicatoria al primer mandatario pareciera contradictoria cuando pocos meses antes se cuestionaba la labor del Ministerio. La única explicación es que se asume que la labor del Ministerio de Deportes no tiene que ver con el Presidente, con su buena fe y ganas de sacar al país adelante. En pocas palabras, pareciera que la gestión de gobierno es una cosa, y otra muy distinta la persona quien dirige ese gobierno, absuelta de toda responsabilidad por obra de algún mecanismo mágico.
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