Los bomberos seguían luchando el domingo contra las llamas que han destruido ya más de 1.000 hectáreas en el oeste de España, mientras que el país está bajo alerta frente al riesgo de incendios acentuado por la canícula.
El incendio, que se declaró el sábado, devoró ya más de 1.000 hectáreas, «en su mayor parte pasto y matorral» cerca del municipio de Solana de Ávila, próxima a Salamanca, indicaron el domingo los servicios de emergencia de la región de Castilla y León.
Más de 300 personas trabajan en las labores de extinción, con el apoyo de nueve helicópteros y cuatro hidroaviones.
A primeras horas de la mañana, «entre 250 y 300 personas» fueron evacuadas de un municipio amenazado por las llamas. A partir del mediodía, se les autorizó regresar a sus casas, informaron los servicios de emergencia en un comunicado.
«El incendio es intencionado y se está investigando las causas», añadieron.
El ministerio del Interior alertó el viernes sobre el alto riesgo de incendios durante el fin de semana, acentuado por las altas temperaturas registradas en una gran parte del país.
Las llamas han destruido 139.886 hectáreas entre el primero de enero y el 12 de agosto, es decir el 0,5% de la zona forestal del país, según el ministerio de Agricultura, un desastre sin precedentes en los últimos diez años.
Foto: Reuters