José Manuel Cortez García (34), tras resistirse al robo de su cadena de oro, fue asesinado de un disparo en el pecho por un delincuente, la tarde del jueves, en una venta de comida rápida ubicada en la carrera 19 con calle 8.
El jefe de relaciones públicas del Laboratorio Criminalístico del CORE 4 se encontraba comiendo cuando llegó el sujeto. El arma que cargaba el maleante tenía la cacha forrada con cinta adhesiva verde fosforescente y tras dispararle lo despojó de la cadena. El sujeto escapó en una moto hacia el barrio 23 de enero.
Las grabaciones que se hicieron en la tienda de comida son borrosas y no se distinguen las características del asesino, las cámaras de la estación de servicio también captaron a los delincuentes pero el jueves la computadora presentó fallas y no pudo ser colectado por los efectivos del área Contra Homicidios. El día de ayer los sabuesos acudieron a la zona para seguir con las pesquisas. Tienen algunos indicios y están recabando otros videos de negocios cercanos para terminar de identificar al criminal.
Rafael Mujica, jefe del Cicpc Barquisimeto, indicó que se estaba trabajando arduamente y no descansarán hasta detener al homicida.
Luis Rodríguez, segundo comandante de Polilara indicó que la División de Inteligencia manejaba algunos apodos y que los sujetos serían del barrio Cruz Blanca, ubicado cerca del 23 de Enero. Se rumoró que se trataba de un adolescente de 16 años.
Trascendió que en el momento del hecho un motorizado de Polilara vio escapar a los criminales, los siguió, pero como andaba solo sintió temor por su vida y se devolvió, indicando que se le habían perdido.
Era todo para sus viejos
Los padres de José Manuel Cortez García (34), estaban destrozados por la muerte del menor de sus nueve hijos. Era el consentido del hogar y quien se había quedado con “sus viejos” como él acostumbraba llamarlos.
“El Morrocoy Sabanero” como todos lo llamaban de cariño por su personalidad, se ganó el respeto, amistad y cariño de muchas personas. Nunca tenía un no como respuesta y siempre dispuesto a tenderle la mano a quien pudiera.
Era fiel acompañante de sus padres y estaba emocionado porque el 15 de septiembre cumpliría sus 35 años. Pretendía celebrarlos en grande. Nunca salía armado.
Gisela de Cortez relató que su hijo salió de vacaciones el 6 de agosto. El miércoles habría ido como siempre a hacerle el mercadito y era la persona que se encargaba de atenderlos y cocinarles. La señora agradece a los cuerpos de seguridad del estado que le den captura a la persona que le quitó la vida a su hijo, porque no puede estar en la calle causando tanto daño.
Sus restos son velados en la funeraria Nueva Coromoto y el sepelio se llevará a cabo en el cementerio Metropolitano.