Quixon Rojas (33) fue asesinado de cinco disparos. Se convirtió en el recluso número 31 en ser ultimado dentro del penal
A las 6:30 de la mañana de ayer le sonó el teléfono a la señora Cecilia Colmenárez; era un interno de Uribana. Esa voz detrás de la bocina le dijo que al mayor de sus seis hijos lo habían tiroteado. Ella, sin poder creerlo, colgó y llamó a otro compañero de su hijo, quien le confirmó que era cierto; había fallecido.
La madre rompió en llanto. No podía creer que “El Niño”, como lo llamaban por ser su consentido y el primer hijo, había muerto. En ese momento la dama se fue hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, esperó que la furgoneta del Cicpc llegara y al ver el cuerpo sin vida del muchacho, confirmó que era cierto lo que le habían dicho.
Quixon Elizaúl Rojas Colmenárez (33), era el nombre del recluso asesinado. El privado de libertad estaba recluido en el área de mínima. Había llegado al centro penitenciario de Centro Occidente el 13 de octubre del 2011, tras haber sido aprehendido por una comisión del Cicpc el 10 de octubre del año pasado.
Según comentaron los mismos familiares, el joven estaba dedicado a la venta de chucherías dentro del centro penitenciario. No le faltaba nada, sus familiares acudían a todas las visitas y religiosamente le llevaban un mercado de 400 bolívares realizado con mucho esfuerzo. Los seres queridos del privado de libertad, manifiestan que el pran de esa área, a quien le dicen “El Maracucho” le pidió que les vendiera la droga y éste al parecer se negó y por ello lo mataron. Aunque otra versión se dejó colar y es que “El Niño” debía droga y no le dieron la tregua para cancelarla y por ello no le perdonaron la vida.
Cinco impactos en su humanidad recibió el privado de libertad, la mayoría en el pecho y con ello acabaron su vida. Serían los pistoleros de mínima quienes ejecutaron al reo.
La víctima deja dos hijos huérfanos, uno de 6 años y otro de 8 años. El hombre había sido detenido el 10 de octubre del 2010 por tenencia de estupefacientes y fue imputado por el delito de homicidio calificado por motivos fútiles e innobles en perjuicio de Juan Bautista Loyo Perdomo, asesinado en la avenida Vargas el 21 de septiembre del 2009. Según la versión de la esposa de la víctima fatal, la persona que alquilaba teléfonos en esa zona, haciendo referencia a “El Niño” discutió con él por una transferencia y le dio una puñalada que le quitó la vida, justo el día que Loyo Perdomo cumplía año.
En lo que va de año son 31 los internos que han perdido la vida de forma violenta dentro de Uribana.
Denuncian a Cicpc
Cecilia Colmenárez, envuelta en llanto y llena de impotencia, indicaba que su hijo estaba en la cárcel debido a un funcionario del Cicpc quien fue su yerno. La dama confesó que Rojas Colmenárez le reclamó al funcionario porque no le buscaba un hogar a su hermana, pues tenían una relación e incluso nació un niño fruto de ese amor y ella seguía en casa de su madre. En esa ocasión esa pelea hizo sacar de sus casillas a su hijo y yerno, hasta el punto que se empujaron, pero el efectivo de apellido Aranguren le juró que lo “sembraría” (término utilizado para indicar que le plantaría algo ilícito) y que él pagaría la humillación a la cual lo sometió.
“Al cabo de un tiempo mi hijo tuvo un percance en la avenida Vargas, lugar en donde tenía años trabajando alquilando teléfonos, y en ese momento actuó en legítima defensa; a él lo detuvieron, se lo llevaron sin nada y repentinamente apareció con 16 gramos de droga. Aranguren, en esa ocasión, dijo que la única forma de que saliera en libertad era cancelando 40 mil bolívares, porque él pretendía que yo vendiera mi casa, pero no lo hice. Sabemos que él está detrás de todo esto, porque se lo juró y no nos atrevíamos a hablar porque nos tenía amenazados y sentíamos miedo, pero el dolor que tengo y todo esto que estoy pasando es por él. Por ese funcionario mi hijo estaba en la cárcel”, declaró la señora Colmenárez, quien indicó que llevará el suceso a últimas instancias e incluso consignará denuncia formal ante el Ministerio Público.
Además la dama públicamente hace responsable a Aranguren en caso de que a ella o a algún miembro de su familia le llegase a pasar algo. Aseguraron los seres queridos de “El Niño” que en esa ocasión las pruebas que le hicieron por la tenencia de la droga, salieron negativas
“La mayoría de la gente que está pagando cárcel ha sido sembrada y siguen tras las rejas porque no tienen con qué pagar; esa es la realidad. Ya mi hijo está muerto pero arriba está un Dios que se encargará de hacer justicia, todo lo dejamos en sus manos”, fueron las últimas palabras que dio la madre quien estaba desconsolada ante la irreparable pérdida.
Fotos: Simón Alberto Orellana