El cantante colombiano Juanes, que alcanzó fama mundial con su éxito «La camisa negra», explora por primera vez la música sinfónica en el mítico Hollywood Bowl de Los Ángeles, la ciudad donde lanzó hace 15 años su carrera como solista.
«Nunca había tocado en vivo con una orquesta sinfónica», dijo en una entrevista a la AFP el artista, que acumuló en más de 20 años de carrera un premio Grammy, 17 Grammy Latino y más de 15 millones de discos vendidos.
«Siempre, en mis discos, hay algunos temas que tienen arreglos de cuerdas. A mí me fascina la música clásica. Obviamente, nunca me pongo ese ‘vestido’, ¡pero me lo voy a poner!», afirmó.
Durante dos noches excepcionales, el viernes y este sábado, Juanes combina las fuerzas de su grupo con las de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles (LA Phil) y la Orquesta YOLA, compuesta por jóvenes provenientes de entornos marginales.
«Vamos a estar tocando todos los temas que la gente conoce, pero también temas y canciones más como del lado B de los discos, canciones más raras y alternativas. Vamos incluso a tocar (canciones de) mi primer álbum como solista, que nunca en la vida había tocado en concierto», adelantó.
Para el cantante de 40 años, que acaba de lanzar un álbum acústico («Juanes: MTV Unplugged») y anunció que desea desacelerar un poco el frenético ritmo de su carrera, el concierto en el Hollywood Bowl es una buena ocasión para reencontrarse con una ciudad tan especial para él.
«Me vine acá en 1996 por primera vez y tenía un grupo de rock en ese entonces», contó. «Grabamos un disco aquí, tocamos un par de veces en algunos clubs y me gustó mucho el ‘feeling’ de la ciudad», admitió.
«Después, en 1998, me vine acá a vivir dos años. Y fue una época muy difícil porque no tenía dinero, no tenía contrato disquero. Pero aquí conocí a (el productor argentino) Gustavo Santaolalla», quien le hizo firmar un contrato.
«Comencé mi carrera como solista prácticamente aquí», recordó.
«Desde ese momento hasta hoy, siempre he venido a Los Ángeles para grabar la mayoría de mis discos. Me encanta la escena musical, lo que pasa aquí, los conciertos todos los días. Cuando vas a un estudio son super profesionales, tienes todo lo que necesitas, los músicos son impresionantes».
l cantante originario de Medellín, que vive actualmente en Miami con su esposa y sus tres hijos, comenzó su carrera temprano en el grupo de rock pesado Ekhymosis (1987-1999), antes de lanzarse como solista.
Calificado por la revista Rolling Stone como «una superestrella latinoamericana y una de las mayores estrellas de rock del mundo», Juanes dominó las radios latinoamericanas con éxitos como «A Dios le pido» y «La camisa negra».
Además de a los músicos de la LA Phil, Juanes descubre en ocasión de su concierto en el Hollywood Bowl a los jóvenes músicos de YOLA, una orquesta creada por el director musical de la filarmónica angelina, el venezolano Gustavo Dudamel.
«Me encanta la historia de ellos», se entusiasmó el cantante. «Vienen de situaciones económicas que no son muy favorables y la música les transforma la vida».
Según el artista, los efectos positivos no afectan solamente al joven músico, sino además a su entorno.
«Ves cómo la música y el arte pueden transformar la vida de una persona y cómo al mismo tiempo puede transformar a la comunidad, porque no solamente (beneficia) al chico, sino a familia, sus amigos, el barrio».
Juanes considera que éste ha sido en parte, también, su caso. «Me tocó vivir en Medellín en los ’80 y principios de los ’90, que fue una época muy dura para Colombia» debido al narcotráfico y las guerrillas.
«Y yo creo que la música me salvó, porque habría podido tomar otro camino muy diferente. La música me ha llevado por caminos inimaginables».
«Y después está esa alegría que me da en el alma cantar, tocar la guitarra, hacer un concierto y conectar con la gente. Para mí, es un milagro».
Hoy en día, si bien todavía no está seguro sobre la nueva dirección que tomará su carrera, sí sabe una cosa: no puede vivir sin música.
«A veces dejo de tocar la guitarra o de ensayar con la banda por dos semanas, y me vuelvo loco. Es como una adicción. No lo hago por el dinero ni por la fama, lo hago por la propia convicción de que la música, para mí, es algo fundamental. A veces me ha ido bien, a veces me ha ido mal, pero siempre vuelvo otra vez al mismo lugar, la música».