Los extranjeros y los chicos de 16 años podrían votar en Argentina en las próximas elecciones gracias a una propuesta del gobierno que añadirá tres millones de votantes al padrón electoral y favorecerá probablemente al partido de la presidenta Cristina Fernández.
La iniciativa, que entusiasma a cientos de miles de inmigrantes que vinieron este país en busca de un futuro mejor, haría de Argentina la nación grande con leyes más permisivas en torno al derecho al voto de los extranjeros.
Al reducir la edad para votar hasta los 16 años, Argentina se uniría a un selecto club de naciones que consideran que los jóvenes que apenas se afeitan pueden elegir a sus gobernantes, entre ellas Austria, Brasil, Cuba y Nicaragua. En la mayoría de los países hay que tener entre 18 y 21 años para votar.
En relación con el voto extranjero, Argentina quedaría por delante de todos, con excepción de Nueva Zelanda, que permite el voto de los extranjeros con sólo un año de residencia.
«Nueva Zelanda es el más liberal, pero tienen muchos menos residentes extranjeros. Lo de Argentina sería mucho más significativo», comentó David Earnest, experto en ciencias políticas y en leyes electorales internacionales.
La aprobación de la iniciativa está casi asegurada, dado que los aliados del presidente gozan de una cómoda mayoría en el Congreso y no se requieren enmiendas constitucionales.
Si se reduce la edad para votar a los 16 años se incorporarán dos millones de votantes al padrón electoral, ampliando el electorado un 10%. La votación sería opcional para las personas de 16 y 17 años.
En la capital argentina los adolescentes no pueden manejar ni comprar alcohol hasta que tienen 18 años, pero Francisco Schkolnik, de 16 años, estudiante de humanidades, considera que sus coetáneos deberían poder votar.
La oposición dice que el proyecto busca prolongar la permanencia del gobierno en el poder a partir de la captación del voto de los jóvenes y los inmigrantes. Un informe sobre la iniciativa, publicado por el diario opositor La Nación generó más de 1.700 comentarios, la mayoría contrarios al proyecto, esta semana. Muchos tenían un tinte racial y daban a entender que la sensibilidad europea de los argentinos había sido dejada de lado por un experimento populista.
El último censo dijo que 1.806.000 personas de los 40 millones de habitantes de Argentina son extranjeros. Representan el 4,5% de la población, un porcentaje muy inferior al de principios del 1900, cuando casi uno de cada tres habitantes de Argentina venía de Europa.
El censo de 2010 dijo que el 77% de los inmigrantes vinieron de países vecinos, en particular Paraguay, seguido por Bolivia, Chile, Perú, Uruguay y Brasil. La mayoría viven en el conurbano de Buenos Aires. Los recién llegados tienden a radicarse en barrios marginales o sectores pobres donde el ala izquierda del peronismo gobernante tiene fuerte apoyo.
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