Para nosotros es un hermano, un compatriota, un hijo del rincón de la patria que nos vio nacer. Él es la patria misma y ella es nuestro cuerpo, porque la patria somos todos. Los paisanos somos el espíritu de los pueblos, los que llevamos en nuestro corazón la identidad, y en nuestro caso, el orgullo de ser venezolanos. Cómo carajo nos viene a decir el Presidente Chávez que “sino es chavista, no es venezolano”. Nunca sus paisanos entenderemos eso. Esa frase pronunciada el pasado domingo por el Presidente, nos aleja más de él, realmente.
El anuncio lo hizo en un mal momento. No sabemos todavía cuál es el propósito. Si fue para causar indignación, lo pudo haber logrado, pero en el entendido de que ya los venezolanos tomamos un camino y sólo Dios sabe si el destino es otro, pero por los vientos que soplan, vamos a elecciones el 7 de octubre. Lo curioso hasta ahora, es que haya expresado la frase en la parada militar que sirvió para conmemorar la batalla de Carabobo. Lo hizo frente a sus compañeros de arma, en el patio de la academia militar, donde se siembra el honor para salvaguardar la patria.
El Presidente conoce a los militares mejor que nosotros los civiles; pero sin embargo, consultamos el diccionario de la real academia española para tratar de interpretar las cosas y allí dice que Paisano, con relación a una persona, es otra que es del mismo país, población, región o provincia. Campesino. Persona que no es militar. De paisano se dice del militar o eclesiástico que no viste el uniforme o el hábito. Paisano viene de la palabra francesa pays (campo), que también nos dio las palabras país y paisaje. Hoy somos los habitantes de un mismo país. Entonces, la reflexión sobre la frase citada, nos puede llevar a pensar que el Presidente Chávez habló de militar a militar sin pensar que somos paisanos, porque nosotros somos venezolanos por amor a la patria, no por chavistas.
La otra razón que puede haber llevado al Presidente Chávez a expresarse de esa manera, es que se sienta extremadamente irritado por algún motivo que desconocemos, pero esos disgustos no son recomendables para él, porque le afecta en su enfermedad y porque las personas en ese estado pierden la capacidad de enfrentar situaciones, pierden la cabeza, la racionalidad y recurren a la violencia. Y lo que está planteado es el camino de la paz y elevar los niveles de convivencia. Sentirnos orgullosos por el paisano y no alejado de sus propósitos.
Decíamos al comienzo que los paisanos somos el espíritu de los pueblos y la patria es nuestro cuerpo. En el Libro Sagrado, Pablo en carta dirigida a los corintios, expresa: “Todos nosotros, judíos o griegos, esclavos o libres, nos hemos bautizado en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo, y hemos bebido un solo Espíritu. El cuerpo no está compuesto de un miembro, sino de muchos. Si el pie dijera: Como no soy mano, no pertenezco al cuerpo, no por ello dejaría de pertenecer al cuerpo. Si el oído dijera: Como no soy ojo, no pertenezco al cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿Cómo oiría?, si todo fuera oído, ¿Cómo olería? Dios ha dispuesto los miembros en el cuerpo, cada uno como ha querido. Si todo fuera un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Ahora bien, los miembros del cuerpo son muchos, el cuerpo es uno. No puede el ojo decir a la mano: No te necesito; ni la cabeza a los pies: No los necesito. Más aún, los miembros que se consideran más débiles son indispensables, y a los que consideramos menos nobles los rodeamos de más honor. Las partes menos presentables las tratamos con más decencia; ya que las otras no lo necesitan. Dios organizó el cuerpo dando más honor al que menos valía, de modo que no hubiera división en el cuerpo y todos los miembros se interesaran por igual unos por otros. Si un miembro sufre, sufren con él todos los miembros; si un miembro es honrado, se alegran con él todos los miembros.” (Cor 12, 13-26).
El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que escuche. Adiós paisano.
