La obra de rehabilitación integral del estadio de La Piedad Norte del municipio Palavecino, prometida para ser concluida en tres meses, la semana próxima cumplirá cinco, pues según vecinos de la localidad, “va a paso de morrocoy”.
En ese sentido, el profesor Macey Agüero, dirigente de Palavecino, denunció una vez más, las pretensiones ocultas del alcalde Richard Coroba de cambiarle el perfil a ese campo deportivo.
A juicio de Agüero, desde los años 60, el Estadio de La Piedad, ha funcionado para albergar disciplinas múltiples.
-Aquí cada disciplina tiene representación de ligas, tanto menores como mayores, desde épocas remotas, subrayó el dirigente al tiempo que agregó que con la construcción de la Alcaldía de Palavecino, borraron hasta el montículo.
Competencia absurda
Agüero opinó que se vislumbra que el alcalde Richard Coroba, en clara competencia con el gobernador Henri Falcón, quiere colocar grama a todos los campos deportivos “y malo no es, me parece una excelente opción de cambio, pero no permitiremos que se cambien las disciplinas o desaparezcan”.
-Es una competencia absurda, pero si sirve para que Coroba haga su trabajo, perfecto, sentenció.
Detalló que en el estadio, por tradición, se han realizado cuatro disciplinas deportivas: Béisbol, softbol, kikimbol y fútbol.
Deben aclarar sus pretensiones
Vecinos de la comunidad se acercaron hasta el estadio, donde EL IMPULSO efectuaba un recorrido para verificar las denuncias, y exigieron a la Alcaldía de Palavecino, aclarar el tipo de obra que se efectúa, tiempo de duración, monto y responsables directos.
-No crea el alcalde que aquí somos niños a los que puede engañar, pero queremos decirle que no permitiremos que cambien o eliminen nuestras disciplinas, amplió Agüero.
Creemos que el alcalde decidió cambiar el estadio de disciplinas múltiples, prosiguió, por un criaderos de cachamas, porque en el campo sólo se observan grandes y extensas lagunas.
Violan leyes
Asimismo, Agüero determinó que desde que iniciaron los trabajos, no existe una valla que informe tanto el monto de inversión como la obra en general, lo cual violenta la norma legal.
El alcalde, a lo mero macho o por una estrategia bien definida, trasgrede la Ley de Contrataciones Públicas, al no colocar la valla en referencia, “pero como le conviene no hacerlo y además es guapo y apoyado, viola todos los procedimientos administrativos”.