…Una Pianista excepcional…hija de un inmigrante libanés llegado a la población de Guarico en 1900
Nacida en 1912 en población de Guarico, municipio Morán en el Edo. Lara, de padres libaneses: Don Abraham Saldivia y Doña Cristina S. de Saldivia. Residentes en la culta ciudad de El Tocuyo.
A la edad de los ocho años emprende sus estudios del Piano bajo la sabia orientación de Carlota Fontana en la ciudad de Barquisimeto.
Cinco años más tarde recomendada por el Profesor José Ángel Rodríguez López, acompañó al gran violinista Franco Medina, con resonante éxito; Don José Ángel llevó a la para entonces una niña en la seguridad de que sabría dar la talla que el maestro Medina requería, este al ver la joven tan joven una niña de 13 añitos de edad, dudo de la capacidad y destreza de ella, pero al comenzar su ejecución de el piano y ver la cálida y desenvolvimiento de ella, la mano del maestro se posó sobre su hombro convencido y emocionado le dijo: «Tú sí me sirves, tú me vas a acompañar». A partir de allí, esta pianista de padre libanés, fue durante un tiempo, la acompañante del piano del gran violinista y profesor Franco Medina, de larga actuación en Italia. Saldivia termina sus estudios de música en Caracas, donde obtiene el título de profesional en la Academia “Niccoló Paganini” en el año 1937.
El año de 1940 se estabiliza en la ciudad Valencia y pasa a integrar el personal de la Escuela Sebastián Echeverría Lozano en el instrumento de su especialidad en un largo y sentido liderazgo que se extiende temporalmente a 30 años de ejercicio docente, pero que transcienden mas allá de las alturas, a través de la generación esplendida de los pianistas formados en su escuela.
Acompañó durante muchos años a los innumerables alumnos que se formaban en las cátedras de canto, violín, violonchelo y flauta, logrando el aplauso y cariño del público valenciano.
Petrica se convirtió en una fuerza arrolladora y plasmadora de excelentes muestras de su Magisterio como: Adolfo Gómez, Antonio Fedon, Ricardo Fuentes y Carlos Pinto, para citar algunos de la pléyade infinita de alumnos que pasaron por sus manos.