El regreso del PRI
¿Por qué tendríamos que gobernar como antes si ya no somos como antes? Con esta frase el hoy presidente mexicano Enrique Peña Nieto cerró su campaña a la presidencia mexicana, saliendo al paso a los fundados temores sobre un eventual retorno del PRI, luego del historial de abuso de poder del partido que gobernó al país azteca durante setenta años.
El PRI ejerció un poder sin contrapesos que originó toda una red de corrupción, que penetró todos los poderes del Estado. De su carácter revolucionario no quedó nada, al punto que el Presidente elegía a su sucesor entre las mismas filas del partido y las elecciones se convirtieron en meros trámites administrativos.
Sin embargo, desde los años noventa y ante una presión creciente de la sociedad, desde el mismo seno del PRI se comenzó a implementar una reforma electoral que eliminó el ventajismo institucionalizado del partido, otorgó financiamiento estatal a los partidos políticos y liberó al Instituto Federal Electoral de la presión del Ejecutivo. Estas reformas, incentivaron una mayor participación de los ciudadanos en los procesos electorales y contribuyeron notablemente con el incremento de la competitividad.
Finalmente en el año 2000 el PRI perdió el poder con la elección de Vicente Fox y más tarde de Felipe Calderón, ambos del partido PAN. Sin embargo, el PRI siempre conservó una cuota de poder importante dentro sistema político al mantener numerosas gobernaciones y casi la mitad de la cámara baja del parlamento. En doce años el PRI ha tenido que convivir democráticamente con el resto de los partidos políticos y aprender a negociar.
El gobierno del PAN, no la tuvo fácil por el terrible flagelo del narcotráfico que se ha adueñado del país y los embates de la crisis económica global del 2008, por cuanto su economía se encuentra estrechamente ligada a la de su poderoso vecino del norte.
Los mexicanos desean mayor seguridad y un ambiente propicio para el trabajo, y esto explica en cierta manera el retorno del PRI al poder. Muchos ciudadanos piensan que el PRI llevará la calma al país otra vez. Hasta ahora Peña Nieto se ha encargado de desmarcarse del imaginario colectivo que asocia al PRI con la corrupción, rodeándose de nuevas figuras políticas, muchas de ellas de gran bagaje intelectual.
No pocos temen que la débil democracia mexicana sucumba de nuevo a la vorágine de corrupción que desató el PRI. Sin embargo, preferimos otorgarle el beneficio de la duda al joven presidente. Ha anunciado no ceder ante el narcotráfico y reorientar la lucha con la inclusión de más elementos civiles, dado que esta no es una guerra contra un enemigo tradicional. Peña Nieto trabajó durante muchos años para ser Presidente del país, tiene experiencia política y de gobierno, por ello esperamos que no repita los errores del pasado y pueda conducir al país por el sendero del progreso y la paz social.