Del ambulatorio urbano tipo I doctor Orlando Lara Bereciartu, ubicado en el sector La Ceiba, en Quíbor, dependen unas 3.500 familias cuando se les presenta un problema de salud.
No sólo las de La Ceiba sino también de otros sectores como Arenales, La Rotaria, cabo José Dorante, Villa Dorada y Caujaral, entre otros, y, contrario a lo que ocurre con otros centros de salud en el estado Lara y el país, tiene asignados médicos y personal paramédico, pero carece de equipos e insumos para atender a los numerosos pacientes que a diario acuden en busca de alivio a sus males.
“Aquí nos falta de todo. La farmacia está pelada, no tenemos soluciones para hidratación, adhesivos, gasas, tensómetro, nebulizador, electrocardiógrafo y otros equipos necesarios para una buena atención”, explicó Corín Suárez, una de las enfermeras.
Señala que diaramente atienden entre 30 y 50 personas entre 7 de la mañana y 1 de la tarde y la situación se agrava cuando deben remitir a un paciente al hospital Baudilio Lara pues nunca han contado con una ambulancia.
“Cuando eso pasa tenemos que convertir en ambulancia cualquier carro”, indica.
El centro, que depende del Ministerio de Salud, requiere la atención, no sólo de ese organismo sino también de otros como la alcaldía de Jiménez y la gobernación.
Señaló Suárez que en la actualidad la edificación se ve bonita porque el personal se dedicó a pedir colaboraciones a la comunidad para comprar pintura y muchos de ellos aportaron, no sólo dinero sino también horas de trabajo.
Además, el laboratorio, que tiene precios solidarios de los exámenes que realiza, luego de cubrir los gastos aporta para el mantenimiento del ambulatorio.
Pero no sólo carecen de medicamentos y equipos ya que tampoco reciben de manera oficial los enseres necesarios para la limpieza, que está a cargo de una sola persona por falta de personal.
Otro problema que confrontan en el ambulatorio de La Ceiba es el de la seguridad pues la vigilancia la presta un personal sin armamento alguno.
José León, con 24 años en esa función en el centro asistencial, afirma que cuando ocurre algo irregular llaman a la policía pero nunca llega, y lo mismo ocurre con la Guardia Nacional, organismos a los que exigen un patrullaje permanente por la zona para impedir la acción de los ladrones.
León y otros empleados denunciaron frecuentes atracos a pacientes y a ellos mismos debido a la nula presencia policial o de otros cuerpos de seguridad que no toman en cuenta a La Ceiba en sus patrullajes.
“Y que nos firmen el contrato colectivo porque tenemos diez años sin contrato y sin aumento y el sueldito no nos alcanza para nada ya que la vida está muy cara”, manifestaron otros miembros del personal quienes consideran los tienen olvidados en la administración pública.
Fotos: Luis Salazar