Al inicio del período chavista existían muchas alternativas para que el necesitado de vivienda pudiera solucionar a través de algún organismo su problema habitacional de manera realista y efectiva.
Entre otros existía el Programa Nacional de Vivienda Rural, que construía en forma sencilla y con mano de obra no especializada unas 20.000 soluciones habitacionales al año, ubicadas alrededor en pequeñas poblaciones, o en espacios urbanos en parcelas que eran donadas por particulares, u organismos públicos.
Todas estas viviendas eran dotadas, y entregadas en propiedad, con sus servicios de agua, luz y disposición de aguas negras. De acuerdo a sus necesidades algunas eran dotadas de espacios para bodegas y para reuniones comunales y recreación. La gran parte de estas viviendas siguen en pié y muchas fueron mejoradas en quinticas de gran belleza.
En 14 años podrían haberse construido más de 280.000 viviendas, por las cuales los propietarios pagaban Bs.20 antiguos, que pagaban puntualmente. Este Gobierno acabó con ese Programa, y no lo sustituyó por nada, igual o mejor. Igual suerte corrieron el Inavi, que incluso tenía Gerencias para el desarrollo de materiales y Sistemas para la vivienda. Igual suerte corrieron Institucionales en Gobernaciones y Alcaldías, y nuca fueron sustituidas o mejoradas, o se desarrollaron otras alternativas. Teniéndose actualmente 14,5 millones de venezolanos sin viviendas.