Quiero oír el silencio que nos separa
A los dos, quiero oír el juramento que
solo lo sabe Dios, y aquellas lágrimas
tuyas que sellaron nuestro amor, y
hoy son para ti la burla de lo que fue
nuestra unión. Nunca creí que tu fueras
Instrumento de dolor. Para que aquel
juramento se rompiera sin razón, y un
capricho del destino nos separará a los dos.
Una noche más que pasa, una noche más
que va, una mas que también, va a mi
eterna soledad, se me han hecho familiares,
esas sombras y penumbras que me acosan
y aterran, aunque para mí, es costumbre.
Qué gran equivocación, la que tuve yo
contigo, que luego de traicionarme, solo
me distes olvido. Olvidaste todo aquello,
por lo cual yo respiraba. Si yo te pedía
tan poco, solo de ti una mirada, y fuiste
haciendo en mí, una ilusión que apartabas,
hasta que todo murió; igual a una vela
apagada.