Pensar
Comunicación o conexión? Tenemos un mundo mucho más conectado, pero no por ello más relacionado. Hasta hace poco, un ser humano promedio conocía en toda su existencia a unas 1500 personas, hoy en las redes sociales ese número se puede multiplicar varias veces en cuestiones de días y hay especie de competencias por quién tiene más seguidores y amigos virtuales. Pero nos preguntamos: ¿son éstas relaciones verdaderas?. Hasta cuándo podemos conocer a otra persona solo a través de las redes?. Por qué a personas desconocidas le damos información que a seres más cercanos no le generamos?.
Hay quienes casi han decretado- como muchas otras muertes- el ocaso del amor y el romanticismo, una sociedad donde las relaciones y ataduras sentimentales parecen ser una necedad, un estorbo. Vemos como los seres humanos hablan y practican el sexo desde muy temprana edad, libremente sin restricciones, donde proliferan los casos de homosexualismo y bisexualidad, pero al mismo tiempo las relaciones amorosas, matrimoniales, familiares y de amistad duran menos.
Basta con desconectar en la computadora a una persona para que se termine la amistad, igual parece pasar en las relaciones sentimentales y familiares. Ya desde hace tiempo se ha proclamado: el fin de la poesía y de los poetas, aquellos seres que han sido emblema del lenguaje metafórico, mucho más allá de la racionalidad y el sentido utilitario del lenguaje y el pensamiento. Cada vez son menos los poetas, las novelas románticas, la música que evoca al amor .Actualmente predomina una “cultura” y un “arte” (si es que se le puede llamar así) que huye del sentimentalismo, y por el contrario abundan en la vulgaridad y la promiscuidad sexual.
Las nuevas tecnologías forman parte ya del cuerpo humano, vivimos permanentemente con un celular, un control remoto o el mouse de la computadora en las manos, hasta en las horas de descanso o durmiendo debemos tenerlos cerca para sentirnos acompañados. No hay tragedia mayor que quedarse sin saldo o que no haya cobertura o que se descargue, aunque sea para decir tonterías con quien permanentemente nos vemos. Desde que el hombre es hombre es un ser social, un ser que se comunica con los gestos, los sentimientos pero fundamentalmente con el lenguaje, oral o corporal.
El comunicarse no es simplemente establecer una conexión entre dos personas a través del lenguaje, comunicarse tiene una expresión social, de sentimiento, conocimiento y reconocimiento del otro. Hoy estamos más conectados pero más solos, otra de las paradojas de esta sociedad del conocimiento, mientras nos llegan miles de mensajes a través de las redes para felicitarnos por un aniversario, tenemos menos gente compartiendo una torta o un almuerzo en casa.
Hoy la comunicación es simplemente conexión, entre más conectados más comunicados. Pero aunque compartamos muchas informaciones poco nos conocemos, poco sabemos realmente del otro, de sus orígenes, de sus tristezas y alegrías, de su personalidad profunda, básicamente la conexión se convierte en un sentido utilitario para propagar pautas de consumo y promocionar el hedonismo: qué me gusta, qué uso, a dónde voy, dónde vivo, qué tengo y no quién soy. La mayoría de mensajes a través de las redes sociales están llenos de banalidades.
Ya desde hace tiempo los llamados medios de comunicación mal interpretaron la información con la comunicación, medios con sentido y mensajes unilaterales y unidireccionales se ofrecen como medios de comunicación, por lo que nos preguntamos: ¿quiénes se comunican y como lo hacen?. Hoy con las redes sociales se cree solucionar estas deficiencias en el sentido comunicacional de los medios, cuando en realidad la alternativa de dar a conocer nuestras opiniones es proporcionalmente ínfima en tiempo y espacio, con respecto a la información planificada y controlada por los medios.
Los medios de comunicación no solo pretenden generalizar un pensamiento y una cultura única: valores, pautas de consumo, creencias religiosas y políticas: Todo igual para todo el mundo. Sino que además tienen el poder de igualar la información: decir en pocos segundos y hacer referencias a situaciones de trascendencia de carácter mundial (desde revoluciones, tragedias naturales y políticas) igualarlos al ultimo chimes de un artista, todo es igual y en algunos casos, algunos más iguales que otros, tanto por el tiempo como por la connotación del lenguaje, una noticia banal puede ser trasmitida como más importante que otra trascendente. Al final son ellos los que deciden qué se sabe y qué se oculta, y qué es lo importante.
Los medios de comunicación no son neutros, como no los son las redes sociales. Desde sus orígenes, sus primeras intenciones, el capital, la ciencia y tecnología que está detrás de ellos tiene dueños, hombres de carne y huesos, corporaciones, negocios, intereses políticos que forman parte decesitoria del tipo y la forma de información que se genera. Continuará…