El abandono en el cual se encuentran sumergidos los caseríos de Lara, preocupa a los productores agrícolas de toda la región.
El presidente de la Asociación Venezolana de Caficultores, Maximiliano Pérez, explicó que la desidia, la ineficacia, irresponsabilidad y falta de rendición de cuentas, ha traído el deslave de las montañas y una profunda miseria que se convierte en hambre y violencia. “El caserío Santa Marta del municipio Morán está incomunicado y sin energía eléctrica desde hace 10 días. El deterioro de la carretera es terrible. En el año 2000, el Presidente Chávez ordenó la consolidación de un corredor vial en la zona que comunicaría a Villa Nueva con Guanare pero nunca se concretó. Todavía estamos esperando una respuesta a la terrible situación de la vialidad”.
El dirigente gremial criticó la decisión del ejecutivo nacional, de prohibir a las Gobernaciones su injerencia en la rehabilitación de la vialidad agrícola. “El Gobierno confiscó a los estados la posibilidad de poder ayudar al sector rural. Resulta indignante que no exista una respuesta para sus necesidades”.
La falta de orden en los caseríos ha generado situaciones lamentables. En Guarico, municipio Morán, un grupo de familias invadió terrenos donde se construiría un hospital para los habitantes de la localidad.
El rezago de los precios
La remuneración al trabajo, suficiente y digna, es un derecho humano que ha sido vulnerado en Venezuela. “El Estado venezolano impone los precios del café, los cuales han sumergido al sector productivo en la más impresionante miseria. Venezuela fue el segundo productor de café del mundo con la exportación de un millón 500 mil sacos. A causa del rezago de los precios, en los últimos 10 años la producción de café cayó en 70%”.
Los precios regulados por el ejecutivo nacional no se ajustan a sus estructuras de costos. “En 2009 el Presidente Chávez condonó la deuda de los productores, y con ello reconoció que no tenían como pagar sus compromisos. Los precios del quintal se ubican entre 800 y mil 600 bolívares. Como consecuencia, se acabó la calidad al igual que la producción en más del 70%. El productor no clasifica el café, sino que toma los granos verdes, maduros o pintones ante el desespero de vender rápidamente su cosecha. Si este es el Gobierno de los pobres, ¿Por qué castiga a los productores y campesinos?”.
Explicó Pérez que no hay sistema productivo en el mundo que haya logrado trabajar a pérdida. “El Gobierno impuso precios al caficultor que no le permite ni siquiera subsistir. En el ámbito ecológico Lara está al borde de un caos. Se dice que a la represa Dos Cerritos le quedan seis años de vida útil y si sigue lloviendo, tan solo tres debido a la sedimentación de los suelos”.
En este sentido, Pérez instó a las autoridades nacionales y regionales a abocarse a la resolución de las necesidades de los sectores rurales, en aras de que la actividad agrícola pueda reactivarse satisfactoriamente y se garanticen los derechos de todas las personas. “La fuerza del progreso realizó el pasado sábado una jornada médico- odontológica en el Ambulatorio para dar asistencia a los habitantes de la zona”.
Finalmente, el caficultor insistió en la necesidad de que las autoridades desarrollen una estrategia de atención a los caseríos de Lara, en aras de promover la verdadera soberanía agroalimentaria del país.
Fotos: Cortesía
Fuerza del Progreso