La medalla de oro olímpica del esgrimista Rubén Limardo ha tenido la virtud de unir al país. Todos los venezolanos nos sentimos felices por el logro y orgullosos de la disciplina, el talento y la tenacidad del deportista guayanés. Gracias a Limardo por eso, y más en este tiempo en el que tanta falta nos hace aquello que no recuerde, mental y afectivamente, que somos un solo pueblo.
También tienen un mérito grande los diplomas alcanzados por oros atletas y la participación de nuestra delegación en el máximo evento del deporte planetario que con tanto brillo se ha celebrado en Londres. Después, vendrá el momento de las evaluaciones que el Comité Olímpico Venezolano y las autoridades federativas deberán hacer, y el gobierno apoyarlos con sus recursos de todo orden, entendiendo que el protagonismo incumbe a atletas, directivos y técnicos, entre quienes hay que fomentar el sentido de equipo y no la división.
Como es su hábito, casi su reflejo condicionado, el actual gobierno ha desaprovechado la excelente oportunidad de potenciar los efectos patrióticos del triunfo del venezolano, al empeñarse en manipularlo mediante la política y la propaganda. Qué mala costumbre.
En estos días lo tocó Carlos Oteyza en su artículo para tal Cual. Si uno quisiera mezclar el deporte con la política, que no quiere porque no se debe, recordaría que era Raúl Leoni el Presidente y asociaría con su gobierno aquella primera alegría nacional por tal hazaña. Si uno fuera cabalístico, que tampoco es el caso, diría que en 1968, año de aquella presea también hubo elecciones, y el voto popular cambió el gobierno y, cosa que no había ocurrido nunca, ganó la oposición.
Volviendo al deporte y a la unidad de los venezolanos, temas de esta nota. En 2016 la cita será en América Latina, en la “ciudad maravillosa” de Rio de Janeiro. Aquí tuvimos los Juegos Panamericanos de 1983, formidable homenaje al Libertador en su Bicentenario. ¿Cuánto nos falta para que estemos en condiciones de montar unos Juegos Olímpicos? Ese sería un hermoso y exigente reto.
EVALUAR Y DECIDIR
Termina un período constitucional y se desarrolla una campaña electoral presidencial. Es, lógicamente, tiempo de evaluación. Por parte de los ciudadanos, que deberán elegir jefe del Ejecutivo Nacional el 7 de octubre venidero. Y, desde luego, por parte de quienes han estado al frente del gobierno que concluye, su Presidente a la cabeza.
En la prensa de la semana que culmina, vemos algunas noticias útiles para esa evaluación.
En 2007 había en el Distrito Capital 838 planteles de educación pública, hoy hay 591. Aquellos, sin duda, no eran suficientes, pero doscientos cuarenta y siete escuelas menos en cinco años es como para preocuparse. El chip de la gasolina que tienen tiempo padeciendo los tachirenses y que ha generado protestas en el Zulia es un sistema de racionamiento que fracasó en Irán en 2007. ¿Por qué no se ha aprovechado la estrecha relación con el gobierno de Ahmadinejad para pedirle su evaluación? ¿O ha sido lo contrario, que importamos de allá el sistema fallido? Analista considera que las metas de Pdvsa no se cumplen por falta de eficiencia. “La impunidad propicia el fracaso policial” dice Ultimas Noticias, “En contraste, los uniformados también son blanco de los malandros”. Plantas eléctricas de las compradas para hacer frente a la crisis están paralizadas, porque no hay recursos para repuestos. Corpoelec no tendría la capacidad para dar mantenimiento a lo que costó 1.3 mil millones de dólares. 44% de las escuelas bolivarianas funciona sin director. Cifras del Censo indican que hay dos millones de analfabetos màs que 2001. En Caracas, durante el primer semestre del año, han asesinado a 71 niños y adolescentes.
POR LA CREDIBILIDAD DEL ÀRBITRO
El CNE organizó el primer simulacro electoral. Habrá otro, que permitirá ajustar las fallas y mejorar los procedimientos.
Una buena noticia es el tiempo promedio usado para votar, tema clave en una elección presidencial en la cual es previsible una alta comparecencia de ciudadanos. Poco más de un minuto es razonable, máxime si se considera que puede todavía mejorarse, suprimiendo la escala innecesaria del la transmisión del flujo de votantes.
Debe el CNE tomar acciones frente a un hecho irregular, y muy nocivo para su autoridad. La presencia activa y obvia de activistas organizados del oficialismo y la permisividad ante su ilegal actitud por parte del Plan República. Imprescindible corregirlo.
La afluencia de electores pudo ser mayor. Puede haber sido afectada por coincidir con unos días en los que la debida imparcialidad del Consejo se vio afectada por hechos como la gorra tricolor o la restricción a la libertad de expresión de ciudadanos y ONGs al confundir política con campaña electoral.
Lo que si no es un simulacro y los que queremos un CNE con autoridad debemos reclamar, es el impedimento a la postulación del Gobernador de Monagas José Gregorio Briceño. Ese tipo de actuaciones, demasiado olorosas a maniobra, perjudican la credibilidad de la autoridad electoral.
