Recuerdo mis años de adolescencia, tendría unos catorce años cuando quedé avergonzado en medio de todos los estudiantes del plantel. Llegué a la clase de la tarde, anhelaba ser como esos muchachos populares por a quienes las chicas admiraban y los chicos seguían. Así que me preparé para dar mi entrada triunfal, pase por el gran protón y al ver reunido a mis compañeros de sección, les grité desde la entrada y corrí hacia ellos para darles una palmada en su mano, todos miraban el alboroto, yo veía las manos que se levantaban ara chocar con la mía, pero no mire un pequeño borde de pavimento que estaba frente a mi y caí con toda la fuerza sobre mi pecho, por el impulso que llevaba antes de chocar la manos. No hacer falta decir que recibí la burla de todos los que allí se encontraban, antes de abrir las puertas. No lo vi venir. Estúpido no es una palabra neutral. Es una palabra que provoca. Todos nosotros hemos hecho cosas que ahora consideramos estúpidas, sin embargo, debes notar que aun cuando pasen los años nuestro potencial de tomar una decisión estúpida no disminuye, nunca estás libre de volver a fracasar o actuar como un tonto. Las torpezas, y decisiones absurdas son fácil de ver en otros o pensar en nuestro pasado y verlas por el espejo retrovisor. El verdadero problema es que no analizamos el potencial de cometer una estupidez, de hacer algo que realmente lamentemos. Para Salomón, el hombre más sabio de la tierra, despreciar la corrección o evitarla es igual a estupidez. La corrección es una constante en la vida. Nuestro instinto natural es resistir u “odiar” la corrección. Algo grandioso acontece por medio de la corrección y esto es evitar la estupidez. Por ello Salomón advierte: «El que desprecia a la disciplina sufre pobreza y deshonra; el que atiende a la corrección recibe grandes honores.» El conocimiento no alcanza Todo recibimos muy bien el conocimiento cuando creemos que nos ayudará, compramos revistas, libros y vemos todo tipo de programas que nutran nuestro conocimiento en esas áreas que nos apasionan; pero el conocimiento más beneficioso para ti, regularmente es el más difícil de recibir y aceptar, mucho de este conocimiento se basa en las áreas de tu ser, más que de tu hacer. Más que conocimiento es instrucción y entrenamiento. Nos gustan los libros con títulos sobre «cómo hacerlo», pero evitamos aquellos que confronten nuestro ser, en el fondo sentimos que estamos bien, que ya crecimos. Nuestra habilidad para adquirir el conocimiento correcto está limitado y defectuoso. Parecemos el típico adolescente que cuando su papá habla responde «Ya lo sé». Alguna vez a visto a u muchacho o muchacha decir: «Gracias papá, gracias mamá, eso no lo sabia». En la mayoría de los casos creemos que ya lo sabemos, que no hace falta que no digan nada. La disciplina y la corrección nos da el conocimiento crítico más allá de nuestras limitaciones. Aprender por medio de nuestro errores, no es algo fácil de aceptar. Nos da una mirada de aquellas cosas que no vemos, de lo que no percibimos. Son avisos de los peligros que están por venir en nuestro transitar. Evitar la estupidez futura requiere que nosotros abracemos los beneficios de la disciplina y la corrección. Salomon lo dice de está manera en «El que atiende a la corrección va camino a la vida; el que la rechaza se pierde.» Cómo aprovechar al máximo la corrección Aprovechar la corrección y tomarla, requiere un proceso intencional de nuestra parte, por ello, facilita que la gente se te acerque a corregirte o darte su mirada sobre tus actuaciones. Antes de que ocurra la corrección, debes identificar los mejores aliados que tienes cerca e invitarlos a hacer una retroalimentación. Tu jefe, tus padres, tus colegas o compañeros de trabajo, tus amigos, tu cónyuge y también si aplica para ti, tus hijos. Los grandes líderes tienen equipos que son honestos con ellos y le dicen las cosas que deben mejorar. Los líderes que van en decadencia se juntan con aduladores que solo le dicen las cosas que desean oír y callan las que realmente necesita el líder, por temor a ser desplazados o apartados. Cuando te sometas a la disciplina y corrección, debes hacerlo fácil, hacerlo seguro y recibirlo para meditar en ello. Hacer la corrección segura, requiere evitar esos impulsos naturales de luchar y huir cuando oímos cosas que nos nos agradan o que no disfrutamos. Una manera de hacerlo es adelantándose y pedirle la opinión a otros. Cuando le das a alguien el permiso de opinar y corregir, debes mantener la boca cerrada y aprender a escuchar. Para aprovechar la enseñanza que trae la corrección del error, debes tomar un tiempo para pensar y procesar qué es cierto y aplicarlo. Todos necesitamos un tiempo luego de que nos hacen una observación o corrección para pensar. Antes de evaluar debe llegar a un estado emocional neutral. Esto es, entender que a pesar de que duela va a obtener un aprendizaje de la evaluación. Creer realmente que esta verdad le llevará a mejorar y considerar si de verdad la persona quien emite la opinión es lo suficientemente madura en su relación con Jesucristo y tiene clara su identidad en El. Luego de 24 horas que se le hayan hecho la corrección, busque la manera de darle las gracias a la persona, así todavía no se sienta bien con eso, de esta manera hace de la corrección un proceso fácil para el que corrige. Una herramienta que te conduce a alcanzar tu máximo potencial Jamás alcanzarás tu mayor potencial, si evitas la corrección y la disciplina. Desarrollar nuestras habilidades al máximo está relacionado directamente con la habilidad de aprender amar la corrección, buscar mentores o entrenadores de vida que vean nuestro desempeño y nos corrijan para llegar a ser mejores. Fallar en abrazar la corrección nos coloca en elecciones que algún día se verán estúpidas. «Y dirás: «¡Cómo pude aborrecer la corrección! ¡Cómo pudo mi corazón despreciar la disciplina! No atendí a la voz de mis maestros, ni presté oído a mis instructores. Ahora estoy al borde de la ruina, en medio de toda la comunidad. » Sabio Rey Salomón. Una cosa más, debes aprender a corregir en amor si alguien se abre a tu corrección y observación, sino es así, la gente va a perder la motivación de hacer lo que sea que estén haciendo y al final no será provechoso. En los equipos de voluntarios debe existir la libertad de corregir en amor a otros, crecer y cambiar juntos. Dios ha colocado personas de corrección y observadores amorosos en nuestras vidas para ayudar a protegernos de tomar decisiones estúpidas. ¿Imagina como luciría nuestra vida si siguiéramos la sabiduría de Salomón y aprendiéramos a recibir la corrección y aun a buscarla en vez de huirle? En ti hay grandes potencialidades, aun no sabes a donde puedes llegar, por ello mientras mas personas cooperen en el proceso de crecimiento mas rápido y lejos llegarás. Esfuerzate y Hazlo. Twitter: @reajose
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