La presencia de César “Maestrico” González y Giancarlo Maldonado agrega mayor jerarquía a la liga venezolana de fútbol, que temporada a temporada aumenta su nivel y comienza a ser atractiva para jugadores extranjeros de recorrido como el chileno Sebastián González, un jugador que ha estado en circuitos de Europa y América y ahora acepta el reto de venir como refuerzo del Caracas.
La repatriación de “Maestrico” González fue toda una bomba, un regreso inesperado. El jugador venía de una gran campaña en la segunda división de Argentina, siendo uno de los héroes del River Plate en su regreso a la categoría de oro, y se esperaba que se mantuviera en el fútbol del exterior.
Sonaron varios equipos de Argentina, una vez que el River Plate anunció su decisión de no renovarle el contrato, pero ninguno con una propuesta concreta. Entonces apareció la oferta del Táchira y el jugador, al ver que se trataba de un reto interesante, porque el equipo iba a jugar la Copa Sudamericana, decidió dar el sí y pasarse al equipo “enemigo” del Caracas, el último club al que defendió antes de marcharse al exterior.
“Estoy muy contento por regresar al fútbol venezolano y llegar al Deportivo Táchira, un equipo grande que quiere volver a estar en los primeros lugares”, soltó el oriundo de Maturín en sus primeras declaraciones tras oficializarse el pacto con el conjunto aurinegro.
“El Deportivo Táchira me está abriendo las puertas, y me motiva mucho venir al país a demostrar todo lo que he hecho en el exterior”, agregó el jugador de 28 años, que será la principal atracción en el balompié criollo en la naciente campaña.
Así como el Táchira logró repatriar a un jugador importante, Mineros de Guayana también dio un golpe fuerte en el mercado de fichajes, luego de sumar a sus filas al atacante Giancarlo Maldonado, que vuelve al fútbol criollo seis años luego de vestir la camiseta del Unión Atlético Maracaibo.
El retorno de Maldonado, a diferencia de lo ocurrido con González, no fue, en lo absoluto, sorpresivo, principalmente por el actual momento del atacante, que en su anterior campaña con el Atlas tuvo muchos altibajos y eso le cerró las puertas en el equipo mexicano, que lo puso en el mercado y llegó a un acuerdo con el cuadro de Guayana para cederlo por un año.
No es el mismo Maldonado de hace seis años, pero sigue siendo un jugador peligroso y posiblemente, con la regularidad de juego y la posibilidad de tener muchos minutos, recupere el olfato goleador y sea un dolor de cabeza para las defensas rivales.
La liga tiene mayor jerarquía.
Foto: Gennaro Pascale