Con otra gran final, Usain Bolt dijo adiós a los británicos que lo han admirado en el estadio Olímpico de Londres.
El mejor velocista del mundo y sus compañeros del equipo de la posta de los 4×100 metros de Jamaica dieron al atletismo un nuevo récord mundial, pero ahora es momento de continuar.
El verano de Jamaica dará lugar a tiempos más serenos antes de que el atleta y su entrenador, Glen Mills, se sienten a hablar de qué camino emprender.
Pero lo que sabemos es que este es un momento de transición para el único hombre que ha logrado el doblete olímpico en los 100 y 200 metros y lo ha defendido con éxito, además de sumar dos récords mundiales en los 4×100 en los Juegos.
Ha tenido éxito en su intento de convertirse en “leyenda”.
“Ahora tengo que sentarme y ponerme otro (objetivo)“, dijo el atleta de 25 años a periodistas. “He hecho lo que quería hacer”.
“(Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016) son una posibilidad, pero va a ser realmente difícil porque por detrás vienen todos estos chicos jóvenes“.
Bolt dijo que a su entrenador le gustaría que optara por los 400 metros.
Muchos pensaron que esa prueba sería el billete a la fama del jamaiquino antes de que persuadiera a Mills para que le diera la oportunidad de correr sus primeros 100 metros en serio hace cinco años.
Bolt se ha resistido a los 400, e incluso ha sugerido que participaría en Río en el salto de longitud.
Quizás dedique todos sus esfuerzos a batir los récords de velocidad que sólo parece poder lograr en los campeonatos del mundo de 2013 en Moscú, antes de decidir dejarlo o perseguir campañas menos estresantes en futuros campeonatos del mundo y en Río.
Los patrocinadores y el deporte al que ha encandilado durante los últimos cuatro años querrán seguirle viendo en la pista tanto tiempo como su salud se lo permita.
Su talento para ofrecer espectáculo, sus bromas y su incuestionable velocidad justifican con creces los contratos e importantes ventas de entradas que elevan sus ingresos anuales más allá de los 10 millones de dólares, la mayor cantidad conseguida nunca por un atleta.
¿Pero cuánto puede durar?
Las dudas penden sobre si tendrá la voluntad para pasar largas horas de entrenamiento y sacrificar las fiestas que tanto le gustan cuatro años más y si Mills, de 62 años y artífice del éxito de Bolt, continuará entrenando si el plusmarquista mundial así lo quiere.
Problemas de espalda
Bolt ha tenido también problemas crónicos de espalda en los últimos años. ¿Podrían empeorar a medida que vaya cumpliendo años?
Los problemas de espalda dieron lugar sin duda a los tirones que lo frenaron en las dos derrotas frente a su compañero de entrenamiento Yohan Blake en las clasificatorias olímpicas de Jamaica.
Incluso en su triunfo en los 200 metros en Londres, Bolt sintió dolor.
Una carrera con una curva difícil “realmente me supone mucha tensión en la espalda“, dijo. “No quiero ponerme tanta presión si algo va mal. Así que me lo tomé con tranquilidad. Al final de la carrera aminoré”.
Luego está la edad, un factor incuestionable que le llega hasta al mejor de los atletas.
“Me gustaría decir grandes cosas”, dijo Bolt cuando se le preguntó por sus planes para Río, “pero tendré 30 años para ese entonces, no estoy seguro”.
Estas reflexivas palabras contrastaban con el “Soy el más grande” que había pronunciado momentos antes.
Sólo el tiempo dirá si retratan la forma de pensar de Bolt en su futuro o si eran las palabras de un atleta cansado.
“Blake va a estar al máximo (en Río) y va a hacer grandes cosas, así que no sé“, dijo Bolt.
“Le dije hace dos años ‘Yohan, este no es tu momento, es el mío. Después de los Juegos, es el tuyo, pero ahora me toca a mí’”.
Con Bolt en la pista, han caído tres veces los récords de los 100 metros y los relevos 4×100 y dos veces el de los 200, logrando que un deporte que ha estado salpicado por escándalos de dopaje acaparara titulares de nuevo.
Cualquiera que dudara de su dominio sólo tuvo que poner la televisión o leer un periódico el día después de su triunfo en la final de los 200 metros.
Normalmente el keniata David Rudisha y su sorprendente récord mundial de los 800 metros, que precedió la carrera de Bolt, hubieran acaparado los titulares.
Pero no, ese día Bolt era la historia, como cada vez que sale a la pista y enciende a la multitud con sus dotes teatrales.
Tres encuentros más, Lausana el 23 de agosto, Zúrich una semana después y Bruselas el 7 de septiembre, cerrarán un año en el que el jamaiquino se ha ganado un puesto de honor en el atletismo.