El 13 de julio arribó a Cuba el barco Ana Cecilia con una carga de mercancías con ayuda humanitaria, tales como: alimentos, medicinas, ropa, electrodomésticos, material de construcción, repuestos de carros, generadores eléctricos.
Fue el primer envío directo entre Miami y La Habana en más de 5 décadas. La ocasión la aprovechan el régimen socialista de Fidel Castro y sus seguidores latinoamericanos para denunciar al “imperio norteamericano” y exigir que levante el criminal embargo comercial contra la isla de Cuba, del cual se cumplieron 50 años el 3 de febrero pasado.
En nuestra opinión no ha habido operación de propaganda y engaño más rentable que la del embargo, al que el gobierno cubano llama “bloqueo”. La verdad que ocultan exitosamente el dictador cubano y sus idólatras es que desde el mes de diciembre de 2001 se reiniciaron las relaciones comerciales entre EEUU y Cuba.
En efecto, el 17 de diciembre de 2001 arribó al puerto de La Habana el portacontenedores “Express” con 500 toneladas de pollo, congelado rompiendo una interrupción comercial de 40 años entre Cuba y EEUU. Unas horas más tarde llegaría el buque Ikán Mazatlán con un cargamento de 24 mil toneladas de maíz.
El monto de aquellas 2 exportaciones ascendió a 4 millones 320 mil dólares. Y desde 2001 hasta 2011 las exportaciones de alimentos de EEUU a Cuba totalizan 3.549 millones de dólares, con lo cual el odiado “imperio” se ha convertido en el primer proveedor de alimentos a Cuba. Ahora, además, hay que añadir las exportaciones de “equipos y suministros médicos y farmacéuticos” que se iniciaron en 2009. Estas ventas en 3 años ya suman 406 millones de dólares.
Vale preguntarse entonces de qué embargo comercial a Cuba hablan tanto los izquierdistas en Latinoamérica. Porque es un contrasentido que forme parte del embargo con el que una nación pretende hundir económicamente a un país enemigo, el envío de alimentos para que su gente no se muera de hambre.
¿Qué es lo que realmente llaman los Castro “levantar el embargo”? ¿Que las importaciones de alimentos y equipos médicos no se cancelen de contado, como ahora, y que el “imperio” les otorgue facilidades de crédito para pagarlas, como ocurre en el “comercio capitalista”? A eso es a lo que los inocentes fidelistas llaman levantar el embargo.