Cuando faltan nueve semanas para las elecciones, la que concluye lo hace con un tema surrealista. Por lo menos a dos rectoras del CNE les parece que Henrique Capriles Radonski debe dejar de usar la gorra que viene portando en la mayoría de sus actos públicos y consideran “desacato” el que haga caso omiso de una petición –no una resolución, que se sepa- que no se apega a la ley. Sin embargo en la propaganda, que es donde la norma prohíbe el uso de los símbolos patrios, estos aparecen con profusión. Principal, aunque no exclusivamente, en la del gobierno.
La extraña postura de las dos rectoras emerge justo cuando la mayoría del cuerpo ha tomado una decisión ciertamente peligrosa por atentar contra la libertad de expresión. El criterio, interpretación mucho más restrictiva que la mantenida hasta ahora, podría resumirse en que publicitar opiniones que puedan tener implicaciones políticas es lo mismo que hacer campaña electoral, y esa sólo pueden hacerla los partidos, pero descontándolo de los escasos minutos pagados disponibles en radio y televisión. Todo ello, mientras el gobierno dispone de tiempo ilimitado en las cadenas más diez minutos gratis por emisora de radio o canal de TV por cuenta de la Ley Resorte.
Inconsistencias aparte, impresiona que al poder le preocupe la gorra de Capriles cuando los venezolanos, y el mismo gobierno, le sobran motivos de preocupación.
Tomemos el frente internacional, por ejemplo. Ingresamos a Mercosur y nuestra incorporación se hace en seguida de la suspensión de Paraguay, cuyo Senado no lo había aprobado, y ahora surgen denuncias de intentos de soborno a parlamentarios guaraníes. Dice el Presidente que Mercosur será una maravilla para nuestra agricultura, lo que uno desea pero, sinceramente, teme que no ocurra pues precisamente Brasil, Argentina y Uruguay son potencias en producción rural. También que se reunirá ahora con los empresarios, ¿no debió hacerlo antes? Tenemos cuatro años para prepararnos, con el control de cambio son prácticamente imposibles exportaciones nuestras. En estos cuatro años, piensa el gobierno levantar el control de cambio que antes declaró que “llegó para quedarse” ¿O espera que para esa fecha todos los países del acuerdo hayan restablecido el suyo? Los presidentes han dicho muy claramente lo que destaca del ingreso de Venezuela: tiene petróleo.
Eso es un ingreso, pero también ha sido noticia una salida, la de la CIDH. El Secretario General de la OEA espera que esa salida “no se concrete” y PROVEA opina que los perjudicados serán los más pobres.
También desde afuera, informes de EEUU señalan la escasa cooperación venezolana en la lucha anti terrorista, y las manifestaciones anti semitas de nuestro gobierno.
En Julio, la morgue capitalina recibió 511 cadáveres. Luego de las elecciones habrá ajustes de precios en harina, arroz y pasta. La lista de útiles escolares subió 200 BsF en un año. El INE, por cierto, muestra cómo la dieta del venezolano depende de las importaciones. La producción de la industria de alimentos cayó en 6.7% en el primer cuatrimestre de 2012. Los enfermos de cáncer se quejan de las severas limitaciones y deficiencia de la atención en los hospitales. La plancha del gobierno perdió las elecciones sindicales en Ferrominera del Orinoco y el candidato-presidente fue caceroleado en barrios de Caracas.
El programa de gobierno presentado por el actual Presidente en el CNE al inscribirse empieza a ser analizado. Se descubre que se acentuarán la planificación centralizada y las expropiaciones, la hegemonía comunicacional y el centralismo, ahora complementados con una hegemonía “ética, moral y espiritual”, y se plantea la noción de consumo necesario, justificación del racionamiento.
Definitivamente, el gobierno tiene mucho más de qué preocuparse que de la gorra de Capriles. A menos que la preocupación no sea por la cachucha, sino por la quien la lleva puesta.
CRUEL IRONÍA
“TENGO CANCER”, es lo que dice la pancarta de un paciente en el Hospital Oncológico de Bárbula, durante protesta en reclamo de atención y soluciones, como restablecer la radioterapia el 30 de julio. Y en el Oncológico Luis Razzetti de Cotiza, en Caracas, donde a los dieciséis años pasé por la tristeza de saludar, despedir, a mi compañero del Lisandro José Fernández Rego, los equipos básicos no operan ni hay fecha para repararlos. El mamógrafo no se puede usar. El Tomógrafo lleva dos años averiado. Los Rayos X funciona en una sola posición. Por daños en dos implementos no hay radioterapia desde mayo.
CAPRILES EN YARACUY
El jueves fui a los municipios San Felipe e Independencia del vecino y entrañable Yaracuy. Advertí un claro consenso entre dirigentes políticos de los partidos de la Unidad, periodistas y ciudadanos ajenos a la actividad política: la visita de Henrique Capriles Radonski el martes 31 a Nirgua, Guama, Urachiche, Albarico y las comunidades de Cumaripa y Sabana Larga fue impresionante en concurrencia y emotividad. Día de semana, en las horas más improbables. La verdad, aparte de los testimonios y referencias, puede ver en Yaracuy al Día y en El Diario de Yaracuy las gráficas y reseñas. Confirman las impresiones que me transmitieron.