José Gregorio Domínguez Vargas, de 33 años, sólo se dedicaba a dos cosas en su vida: cuidar a su madre y cultivar la tierra en el sector El Paramito del caserío La Palomera en Humocaro Alto. Sin embargo, según afirman familiares, un oficial de la Policía Estadal acabó con su vida, de un disparo, la noche de este sábado, mientras se hallaba custodiado por efectivos de este organismo de seguridad.
A la espera del cadáver de su hermano en la morge del HCAMP, Carlos Alberto Domínguez relató: “Los efectivos de Polilara lo tenían asediado, a tal punto que hace dos meses se vio obligado a introducir una denuncia ante el comando de Polilara en Barquisimeto, porque lo amenazaban con quitarle su moto, y a cada rato le quitaban plata”.
Al parecer el problema con el funcionario se originó cuando éste descubrió que José Gregorio conducía su moto sin papeles, y desde entonces, el oficial lo detuvo en varias ocasiones para exigirle dinero, amenazando con llevarlo a la cárcel si no cumplía su petición.
Según los parientes del occiso, esta información consta en un expediente que fue introducido por el propio José Gregorio Domínguez, en compañía de su abogado, ante la sede del comando de la Policía Estadal en Barquisimeto.
“La vez anterior que lo detuvieron, lo mantuvieron desnudo toda una noche en la comandancia, le quitaron su teléfono celular y no le dieron comida”, expresó indignado el hermano de la víctima.
“Lo más triste es que lo mataron con las esposas puestas. A mí me notificaron a las 10:00 de la noche sobre el incidente, pero otros familiares ya habían visto que él estaba esposado. Aunque lo encontraron muerto con las esposas en una sola mano. Parece que cuando el oficial le disparó aún las tenía puestas en ambas manos, y los habitantes del pueblo que presenciaron el hecho, le dijeron al efectivo que ya lo había matado, que lo dejara así”, añadió visiblemente afectado.
Sus familiares, específicamente dos de sus hermanos y tres de sus sobrinos presentes la mañana de este domingo en la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, informaron que el pasado sábado a eso de las 2:00 de la tarde fue la última vez que vieron a José Gregorio, quien se presume fue ejecutado entre las 7:00 y 7:30 de la noche del mismo día.
Durante el incidente, se presume que un primo de la víctima, de nombre Juan Ramón Vargas, intentó defenderlo cuando lo iban a matar, y resultó con tres heridas de bala en la pierna derecha, cadera y cuello, y al momento de esta cobertura, todavía se hallaba detenido en el Hospital de El Tocuyo, sin recibir atención médica.
El violento incidente tuvo lugar justo frente a la sede del Banco Bicentenario en Humocaro Alto, en donde el agricultor fue abandonado junto con su primo y su moto.
“Polilara afirma que se trató de un enfrentamiento. Pero no pudo ser así, ya que mi hermano estaba esposado y desarmado”, destacó su hermano Carlos Alberto.
“Le andaban haciendo un seguimiento, porque le cayó mal a un policía, o porque no le pagaba la vacuna que le pedía de entre Bs. 500 y 1.000. Queremos que se haga justicia”, concluyó.
Los parientes del fallecido también revelaron que en Humocaro Bajo los efectivos instalan puestos de control para cobrarles dinero a los habitantes locales, muchos de ellos agricultores que se trasladan en moto, y que si no les dan a los efectivos Bs. 10 ó 15, pues no pueden pasar.
José Gregorio vivía con su madre de 78 años, Juana Bautista Vargas, a quien acompañaba, cuidaba y le compraba comida, ya que él era el menor de 7 hermanos, y el único que no estaba casado ni tenía hijos. Además, su madre había sufrido recientemente una trombosis, por lo que está en precario estado de salud.
Fotos: Edickson Durán