La familia y amigos de Wouker Escalona, de 19 años y habitante del sector La Guajirita en El Tocuyo, se contagiaban con el estusiasmo del joven que era aprendiz en el INCE y ya estaba inscrito en el Instituto Universitario Antonio José de Sucre para realizar estudios de administración.
También tenía una novia a quien quería mucho, tanto así que decidió levantarse en medio de la noche para llevarla a un hospital, cuando ella lo llamó la madrugada de este sábado para manifestarle que sentía un fuerte dolor que requería atención médica.
A pesar de no tener vehículo propio o entre sus familiares más allegados, el joven optó por salir después de la 1:00 de la mañana a buscar a alguien que lo llevara a recoger a su pareja. Finalmente logró que un amigo le diera un aventón en una camioneta modelo 350. Wouker subió a la parte posterior y le dijo a su amigo que se trataba de un asunto urgente, pero durante el trayecto a casa de su novia, el joven calló del vehículo en plena marcha, malográndose mortalmente. El reloj marcaba las 2:00 de la madrugada.
Eugler Rodríguez, madre de Wouker, quien fue avisada acerca de lo ocurrido alrededor de esa misma hora, expresó conmocionada: “Él era el mayor de mis tres hijos, era mi apoyo. No bebía, ni se dedicaba a cosas malas, ni mantenía malas juntas. Tenía muchas ganas de seguir estudiando y completar su carrera de administración. Era un hijo ejemplar”.
Relató que su primogénito estaba de reposo la noche del viernes porque tenía amigdalitis, y aun así, cuando su novia más lo necesitaba, no dudó en levantarse bien tarde, incluso cuando ya era de madrugada, para ir a ayudarla.
“Estoy segura que hubiera sido excelente esposo. Y también era un niño de su casa, a cualquiera le pueden preguntar. Parece que Dios necesitaba un ángel en el cielo”, dijo entre lágrimas.
El joven ya estaba en la etapa correspondiente a la formación en empresas como parte de su entrenamiento en el curso de administración al que asistía en el INCE, el cual finalizaría en enero del próximo año, cuando continuaría estudios en el Antonio José de Sucre, también en el área administrativa, y donde ya había asegurado su ingreso con mucho esfuerzo.
En los predios de la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda de Barquisimeto durante la mañana de este sábado, se econtraban, además de su madre, sus dos hermanas y varios de sus compañeros de estudios, así como amigos cercanos de la localidad La Guajirita, quienes lo apreciaban enormemente y esperaban la entrega de su cuerpo para poderle dar el último adiós.
Foto: Edickson Durán