La asociación civil Barquisimeto Actívate, liderada por Sobella Mejías, realizó el pasado viernes una jornada de recolección de las firmas que avalarían la solicitud a la Asamblea Nacional de una Ley Especial (anteriormente llamada Ley Programa) para ejecutar un proyecto de canalización de la quebrada La Ruezga.
Los miembros de esta organización se han declarado comprometidos con el progreso de la ciudad, haciéndose de los espacios de promoción de la participación ciudadana.
Barquisimeto Actívate ha suscrito un provechosa alianza con el Colegio de Ingenieros del estado Lara, en cuyas autoridades reposa, por ley, las funciones de asesoramiento a las autoridades gubernamentales sobre cómo construir «la ciudad que queremos».
En este sentido, la primera bandera izada por tal organización, desde su constitución hace poco más de dos meses, es la que hará saber a los barquisimetanos cuán comprometidos están con el impulso de la canalización de la quebrada La Ruezga, la cual atraviesa la ciudad a lo largo de 40 kilómetros y debe ser objeto de un saneamiento inmediato.
Sobella Mejías, en compañía del reconocido activista Iván Brito, la destacada periodista Gelly del Moral, Éricka Camacho, secretaria ejecutiva de la organización; el líder social Antonio Manganelli, y los jóvenes de Juan de Villegas Erick Suárez y Simón Suárez, visitó este rotativo para compartir con el jefe de Redacción, José Ángel Ocanto, detalles acerca de la jornada de recolección de firmas y las futuras luchas.
Convencida de que ha promovido el aglutinamiento de buenas voluntades a esta causa, con la incorporación de excelentes profesionales a la mencionada organización no gubernamental sin fines de lucro, Mejías concedió especial importancia a la sensibilización social frente a los problemas que desmejoran la calidad de vida de los barquisimetanos.
«Se requieren las firmas del 0.5 por ciento de los inscritos en el Registro Electoral para dar curso a la solicitud de la creación de una Ley Especial que inste a las diferentes instancias de gobierno a canalizar esta quebrada, en cuyos alrededores hay entre 89 y 100 barrios», dice.
A su juicio, a propósito de que se trata de una obra de gran envergadura, ni la alcaldía de Iribarren ni la gobernación de Lara tienen el presupuesto suficiente para ejecutarla.De allí que cobre importancia la solicitud de la Ley Especial en referencia.
La última vez que esta quebrada se canalizó fue durante el gobierno del desaparecido mandatario nacional, Luis Herrera Campins.
«Es imperiosa la suma de los esfuerzos de distintos organismos de las diferentes instancias de gobierno para embaular como es debido este despeñadero», insiste Sobella Mejías.
Cree que el descuido del cual es objeto la cañada constituye una «bomba de tiempo» porque se ha convertido en un problema de salud pública.
«No se ha limpiado y se desbordará con las próximas lluvias que prometen ser muy copiosas, lo que pone en riesgo la seguridad de centenas de familias. En mayo del año pasado, hubo contingencias en el barrio La Peña y en la quebrada El Carmen. Nosotros estuvimos allá llevando víveres a la gente, pero hacen falta más acciones».
Recuerda que, a la altura de la urbanización Las Trinitarias, existe una erosión riesgosa que ha derribado los gaviones, lo que representa una amenaza latente.
«Se ha convertido en la gran cloaca de Barquisimeto. La contaminación corre por esta quebrada porque muchas aducciones de aguas negras, provenientes de casas y empresas, desembocan en ella. El problema de contaminación y debilitamiento de taludes de esta hondonada afecta a cinco parroquias del municipio Iribarren», aduce.
Soluciones en mano
La organización no gubernamental Barquisimeto Actívate trasciende más allá de la simple denuncia. En manos de sus miembros están estudios de diagnóstico y propuestas de saneamiento.
«Queremos ayudar a estructurar un trabajo por etapas, atendiendo en primera instancia los puntos críticos, en la medida que se asignen las partidas», asevera Sobella Mejías.
Fotos: Juan Diego Vílchez