El sargento segundo de la Guardia Nacional, Justo Hildemar Figueredo Perdomo, de 23 años de edad, terminó por encontrar un destino fatal frente a un negocio de comida cerca de la medianoche de este viernes, cuando al parecer quiso intervenir en una discusión que se iniciara entre un amigo suyo y un grupo de sujetos, uno de los cuales sacó y accionó un arma de fuego, acabando con la vida del joven funcionario.
De acuerdo al libro de entradas del Hospital Central Antonio María Pineda, el cuerpo sin vida del efectivo fue ingresado a la morgue a las 2:10 de la madrugada de este sábado, con una herida de arma de fuego en el tórax.
Según la información del Cicpc, la víctima y un amigo suyo se detuvieron en un establecimiento en la carrera 30 con calle 39, para comprar algo de comer, cuando a eso de la medianoche nueve sujetos llegaron en una camioneta, y poco después se inició una discusión entre uno de estos individuos y el amigo de Justo. Éste sintió que debía intervenir, tras lo cual se escuchó la detonación del arma de fuego que uno de los hombres del grupo traía consigo. El disparo hirió gravemente al guardia nacional, quien al parecer murió en el acto.
Sobeira Perdomo, quien aguardaba la entrega del cuerpo de su hijo a las puertas del Hospital Central en la mañana de ayer, indicó que Justo había salido de permiso el pasado jueves, pues estaba destacado en Caracas y sólo visitaba Barquisimeto para pasar tiempo con su familia. Como era su costumbre, cuando estaba lejos por cuestiones de trabajo, el efectivo dejaba su moto en casa de su padre, quien se la cuidaba.
La noche de este viernes, Justo ya había ido a buscar su moto a casa de su progenitor en compañía de un amigo, por lo que ambos regresaban juntos a casa de su madre, en el sector San José Obrero del barrio La Paz, donde también viven su esposa y su bebé de cinco meses. Fue en ese trayecto, que Justo decidió detenerse en la venta de comida, donde lamentablemente terminó siendo víctima de la delincuencia.
Su madre, quien fue informada sobre lo sucedido a la 1:00 a.m. de este sábado, relató que Justo era el mayor sus tres hijos y hacía apenas dos años que había egresado de la escuela de la GN, tras haber cursado con éxito un año de estudios.
“Él quería superarse y ser alguien en la vida. Por eso consideró unirse a este cuerpo de seguridad”, afirmó, al tiempo que aclaró que su hijo no portaba su arma reglamentaria al momento de ser asesinado.
“Reclamarle a las autoridades no le va a devolver la vida a mi hijo”, concluyó resignada.
Fotos: Edickson Durán