Las familias residentes en La Cañada, a poca distancia de Sanare, no encuentran a qué santo o virgen rezarle para que desde la alcaldía de Andrés Eloy Blanco les presten atención y resuelvan los múltiples problemas que les afectan.
Son más de 300 grupos familiares que, en su mayoría, viven de la agricultura, y requieren mayor atención por parte de las autoridades municipales y también regionales.
La lista de problemas la encabeza una laguna natural ubicada en la parte alta que en invierno se desborda e inunda las viviendas ubicadas en los alrededores.
Esa es una precupación de muchos años que no permite vivir con normalidad a todas estas familias pues, no sólo en invierno sino también en verano el agua sale por los pisos de las casas, además de que siempre están húmedas y los muchachos se enferman, y los mayores también, expresó Félix Aguilar, uno de los afectados.
Se hace necesario que técnicos en la materia lleguen hasta La Cañada y busquen la solución al problema que representa la lagunasin afectar a los trabajadores del campo que se benefician con sus aguas para regar las siembras.
El trabajador también está esperando que desde la gobernación le resuelvan su problema habitacional pues un árbol cayó sobre su vivienda y la destruyó.
“Me prometieron que me iban a levantar otra pero llevo más de tres meses esperándola y nada”, expresó.
Tanto él como otros vecinos exigieron un programa de viviendas para albergar a quienes no tienen o viven en ranchos insalubres.
También el deterioro de la vialidad preocupa a los habitates de La Cañada quienes a veces tienen dificultades para sacar sus cosechas a los centros de distribución o consumo.
Y como religiosos que son, los habitantes de La Cañada esperan alguna colaboración oficial para acondicionar la capilla donde se guarda la imagen de La Milagrosa pues el techo tiene filtraciones, algunas paredes están agrietadas, les hace falta una casa cural y no tienen campana porque el campanario no han podido terminarlo por falta de recursos, según informó Cantalicio Aguilar.
Explicó que los trabajos comenzaron hace tiempo pero no han podido terminarlos por falta de cabillas y cemento, y de dinero para comprar.
Cantalicio Aguilar se refirió igualmente a la necesidad de que al lado de la iglesia construyan un salón donde puedan celebrarse reuniones y los niños asistan a las clases de catecismo y otras actividades católicas.
También en La Cañada esperan que algún organismo les recupere la biblioteca, como lo manifestó Marilín Escalona.
Dijo que ese centro de lectura funcionó durante un tiempo pero luego quedó abandonado y actualmente el local no tiene ni puertas para proteger lo poco que ha sobrevivido.
Marilín considera necesaria esa biblioteca para que jóvenes y mayores tengan un lugar donde realizar sus consultas.
La joven abogó también por la escuela, que carece de suficientes salones de clases para atender con normalidad toda la matrícula de alumnos.
Igualmente dijo que están esperando por las instalaciones necesarias en el recién construido tanque para el agua, que no ha entrado en servicio por falta de tuberías.
Enfatizó en la necesidad de poner en servicio ese tanque pues en la actualidad no cuentan con el agua necesaria para la limpieza y baterías de baños.
Por otra parte, la única cancha de que disponen niños y jóvenes de La Rinconada para practicar algunos deportes también está a la espera de que “le metan la mano”, con los implementos necesarios para el baloncesto, fubolito o voleibol, y si es posible le construyan techo y alumbrado eléctrico para que pueda ser utilizada a cualquier hora, con sol o con lluvia.
Fotos: Luis Salazar