A mano derecha de la avenida Florencio Jiménez, en dirección este-oeste, antes de llegar al Cementerio Nuevo, se encuentra la comunidad de San Francisco, populoso sector del oeste de la ciudad donde sus habitantes se quejan por las desantenciones sufridas.
“Tenemos de todo un poquito, pero lo que más afecta es el problema de inseguridad”, reseñó Marisol Antequera, la dueña de un pequeño establecimiento comercial en el sector. Quien trabaja desde las 7 de la mañana hasta las 2 de la tarde, de forma corrida, explica que su peculiar horario responde a una medida personal para tratar de evitar los hechos de violencia y atracos que se registran “a diario” por la zona, “en la comunidad sabemos que las tardes y noches son muy peligrosas, por eso he decidido trabajar de esta manera”, explicó la comerciante.
Por su parte, Danilo Ramírez, otro vecino, ‘no se mordió la lengua’ para explicar que la zona se ha vuelto muy peligrosa, “como todo el país”; sin embargo, atribuye que la falta de iluminación en algunos postes es un aliciente que empeora este problema en el sector, “hay varios que no funcionan, lo que generan un ambiente propicio para los atracadores”, explicó.
A su vez, Antequera y Ramírez, indicaron que muchas calles están en mal estado; sin embargo, el arreglo de otras zonas del sector, por donde pasan unidades de transporte público, ha propiciado que quienes conducen estas unidades circulen a velocidades muy altas, “andan matándose”, exclamaron. Según los declarantes, unidades de la ruta 21, 15 y 13, así como también los conductores adscritos a la cooperativa Lara Uno y ‘rapiditos’ de la zona, recorren las calles de manera peligrosa, lo que podría acarrear problemas de seguridad para la comunidad en general.
A consecuencia de la situación descrita, frente al Liceo Juan Manuel Aldao, han instalado nuevos reductores de velocidad que buscan disminuir el paso con el que circulan los conductores de los transportes públicos, “la semana pasada se pusieron, aprovechando que no hay actividades en el liceo”, dijo Lucía Méndez, vecina de la institución educativa.
La basura los agobia
Antequera, en medio de su intervención, explicó que la recolección de los desechos que generan los habitantes de San Francisco se ha convertido en “un dolor de cabeza”; “recogemos la basura en bolsas y las llevamos hasta la avenida (El Cementerio, perpendicular al sector), porque el camión no se mete para la comunidad”, dijo la vecina del lugar.
Por su parte, Rujendry González, propietario de una agencia de loterías en la calle 6, vía que atraviesa el sector y lo conecta con zonas aledañas y por donde presta el servicio el colector de la basura, explicó que “antes pasaban dos veces a la semana, ahora tenemos suerte si pasan los sábados; además -prosiguió- tienen la delicadeza de decirte, ¿cuánto hay para eso?”, dando a entender que se llevarán los desechos si el comerciante les da dinero a cambio del servicio. “¿Para qué se pagan 78 bolívares mensuales en el recibo de luz?”, se preguntó Antequera.
Diversos llamados a los organismos responsables en las soluciones de estos problemas no han dado con la respuesta a la comunidad, por lo que vecinos de San Francisco esperan la intervención divina que los ayude en la solución.
Fotos: Jairo Nieto
