Conversación entre adultos

Reflexiones en positivo
Recientemente me encontré con un amigo de vieja data y tuvimos una larga conversa, este personaje de muchas décadas encima pero para nada le ha hecho mella, pues su voz alta, clara, y sonriente da la impresión que le ha pasado desapercibido el poco de décadas que tiene encima.
Me dijo que tenía muchos proyectos y se mantenía muy ocupado como para estar pendiente de perder su tiempo en preocupaciones, además no tenía proyecto de morirse todavía ya que las vejez el 90% es mental, además es una profesión no muy decorosa y negligente. Deberían leer al padre de la gerencia Peter Drucker, quien dijo que «las mejores gerencias y decisiones del mundo son tomadas por la gente adulta». Mi papá, dice mi amigo, en la mayoría de las partes ponía como excusa su vejez primero para no trabajar y andar lamentándose para que los hijos lo mantengan y le digan pobrecito, además de ocuparse de andar de agorero y pronosticando lo que nunca va a pasar y dando consejos que nadie le ha pedido, viendo al pecador donde está el santo, y el fracaso donde están las oportunidades.
Mi amigo cada día trabaja más, como la mejor medicina para mantenerse activo, además de que trabaja mucho no tiene tiempo de ponerse viejo y mientras se tenga proyectos no hay nostalgia del pasado ni temor al futuro.
Cómo admiro a este gran amigo, que cada día es un hacedor cargado de una buena dosis de optimismo. Me alegra que aún existan muchos venezolanos que piensen como mi amigo y lo comparto en un ciento por ciento, por aquello de que una actitud optimista es el complemento imprescindible para que nuestro cerebro sea un generador de creatividad en lugar de un pozo de lamentos.
Hay que alimentar la curiosidad y celebrar cada día que pasamos en el mundo, es todo lo que hace falta para no retirarnos nunca del lado sólido de la vida, actuar con energía, con fe, siempre con la mirada en un nuevo camino, un nuevo proyecto y un futuro promisor, alejados de toda mala intención, ocuparse y no practicar la venganza ni el rencor, acordarse de que cuando hay resentimiento es porque también hay una dosis de rencor. Ocupémonos de estar bien ocupados como mi amigo en referencia, si es que deseamos la convivencia, indispensable para poner en práctica la voluntad en busca del respeto, la tolerancia, la paciencia y de acciones como dijo alguien por ahí: “Manso como una paloma y astuto como una serpiente”.
Creo que no debe ser el caso de un alto porcentaje de venezolanos, ya que nos sobra voluntad, talento, coraje, dignidad para salir de cualquier crisis en aras de buscar lo que todo añoramos tales como: la seguridad integral, el respeto a la propiedad privada, el estímulo al productor del campo para que genere y produzca puestos de trabajo y alimentos para todos sin diferencia de clase e ideología, todos en busca de la armonía y la paz.
Roguemos a Dios para que cese esta zozobra y haya menos sufrimientos, menos comercio informal, estabilidad para todos, sin odio ni rencores y mucho menos venganza, trabajar cada día más, sin egoísmo, sin hacer daño a nadie, sin olvidar lo que dijo nuestro Libertador: “Todo mal lleva enganchado su propia destrucción”, y eso gracias a Dios, no es el caso de nuestro país. Aquí no se han perdido los sentimientos, ni pienso que haya malas intenciones sino malos aconsejados.
No hay que perder la esperanza de volver a encontrar el camino que Dios nos enseñó. El camino del amor y del respeto mutuo. No olvidemos jamás que una vida acrisolada está basada en el esfuerzo, la disciplina, el trabajo y la perseverancia, y por su puesto seguridad para no tronchar la creatividad y despertar el animo que nos motive a ser parte de la solución.