Sanare se paralizó casi por completo este lunes durante toda la mañana y parte de la tarde a causa de un paro cívico en solidaridad con los más de 150 obreros de la alcaldía de Andrés Eloy Blanco despedidos hace más de dos años y medio, a quienes aún no les han cancelado sus correspondientes prestaciones sociales.
El sindicato que los agrupa había venido realizando acciones de protesta y gestiones ante diferentes organismos, incluyendo la Vice-presidencia de la República y la Asamblea Nacional, además de reuniones con el alcalde Alfredo Orozco, sin resultados positivos.
Incluso, se señala que la máxima autoridad municipal ha firmado actas convenio que tampoco ha cumplido.
Ante esa falta de respuestas, hace siete semanas los trabajadores despedidos tomaron la alcaldía, la sede del Concejo Municipal y la de obras públicas como medida de presión, pero tampoco el alcalde les ha dado respuestas.
“Es que aquí en Sanare no hay alcalde, no hay autoridad que resuelva problemas como este”, manifestó Eligio Colmenares, uno de los afectados.
“Yo tenía 3 años trabajando para la alcaldía y quizás me pagaron porque era poco tiempo, pero estoy solidarizado con esos padres y esas madres de familias que andan pasando hambre por la irresponsabilidad del alcalde”, afirmó.
El pasado fin de semana se reunió la Asociación de Comerciantes y decidió por unanimidad llevar a cabo este lunes el paro cívico al que también se incorporaron transportistas, incluyendo los mototaxistas, contando también con el respaldo de algunos concejales, entre ellos el presidente Fray Mendoza.
“El que esa gente no haya cobrado sus prestaciones es responsabilidad exclusiva del alcalde pues a nosotros sólo nos corresponde legislar en relación a sus proposiciones. Nosotros estamos en la mejor disposición de colaborar en la solución de ese problema”, indicó.
Dijo que para el pago de esas prestaciones se requieren más de cuatro millones y se cuenta con 2.400.000 de bolívares.
Respaldo agradecido
Para Manuel Escalona, del sindicato de obreros de la alcaldía, el paro cívico de este lunes fue general, algo que agradecen quienes llevan casi tres años les paguen lo que les corresponde.
En efecto, hasta aproximadamente la una de la tarde la mayoría de los comercios de Sanare permanecían cerrados.
Abastos, supermercados, ventas de repuestos, licorerías, restaurantes, almacenes, bancos y hasta la receptoría de café Fama de América, propiedad oficial, no abrieron sus puertas durante toda la mañana.
Igualmente no circularon las unidades del transporte colectivo que cubren las rutas locales, incluyendo los mototaxistas, así como tampoco los de otros destinos como Quíbor, El Tocuyo y Barquisimeto.
“Esto es un respaldo total a esos trabajadores y un rechazo a la política que el alcalde Orozco viene desarrollando en el municipio Andrés Eloy Blanco, expresó la concejal Soledad Liscano, quien ha estado al lado de ellos desde que fueron despedidos.
Aunque como parte del paro cívico también se había anunciado el cierre de las principales vías que comunican a Sanare con otros sectores, sólo en el sector Palo Verde, en la entrada procedente de Quíbor se llevó a cabo un cierre parcial por parte obreros, sus familias y vecinos.
“Es que ese no es un problema exclusivo de esa gente que botaron de mala manera sino de todo Sanare porque esas personas trabajaron por la comunidad y el premio que les dieron fue dejarlos sin ingresos para mantener a los suyos”, expresó una señora quien sólo dijo llamarse Mariela.
Ellos se retiraron del lugar cerca de las doce, cuando algunos comercios, sobre todo las ventas de comida, comenzaron a abrir.
Pero quedaron pendientes otras acciones de protesta de no solucionarse el problema.
Injusticia
Para Félix Saavedra, presidente de la Asociación de Comerciantes de Sanare, el paro cívico fue una muestra de solidaridad de la población con los obreros despedidos de la alcaldía.
“Yo estoy con el proceso revolucionario, pero no se puede hablar de revolución deteriorando la calidad humana de las personas, como ha ocurrido con esos trabajadores”, agregó.
Indicó que se trata de obreros, padres y madres de familia despedidos injustamente y más injusto el que todavía no les hayan cancelado sus prestaciones.
“No se puede hablar de socialismo haciendo lo que se ha hecho con ellos”, afirmó, instando a su amigo, el alcalde, a buscarle una solución al problema que es contrario a la justicia social que pregona.
Fotos: Jairo Nieto