Desde mi tierra para la sucursal del cielo

Todo presente tiene la importancia de su pasado, asiento del futuro el cual construimos con nuestros hechos corresponsables siempre por acción u omisión de los logros, individual o colectivo que cuando se trata del nacimiento de una ciudad planificada como a su ulterior desarrollo, la forma en que lo vea el mundo y su porvenir, lo definirán sus ciudadanos con sus características y sus valores.
Caracas nace un 25 de julio del año 1567, fundada sobre el hermoso valle de Los Caracas, topónimo aun vigente, de aquellos indios defensores de su libertad y tradiciones familiares, la capital fue fundada, no por Diego de Lozada como se creía sino por otros antepasados, Don Francisco Fajardo y por Don Juan Rodríguez Suárez, como lo indicó el Gobernador Juan de Pimentel, de acuerdo a oficio enviado por el al Rey, cuyo pomposo y verdadero nombre es el de la muy noble Santiago de León de Caracas que en el año 1777 fue designada como la Capitanía General de Venezuela con la finalidad de unir militarmente a todas las provincias, en un solo bloque geográfico, que aun cuando el país seguía dependiendo de Bogotá y de Santo Domingo no fue sino hasta el año 1786, cuando fue creada formalmente la Real Audiencia de Caracas, momento en el cual comienza nuestra independencia, convirtiéndose Caracas en capital espiritual y jurídica del País, gracias a lo cual fue mas fácil dirigir y organizar nacionalmente los acontecimientos posteriores del Cabildo del 19 de Abril y del 5 de Julio.
Caracas, tierra que me vio nacer, sembró en mi vida amor y respeto por mi Patria y mi doble gentilicio como venezolano y como caraqueño, ciudad también llamada como la ciudad de los techos rojos, orgullosa de su historia mantuana y su importancia en el futuro del país, con personalidades irrepetibles que nos dieron un sello especial como lo fueron Simón Bolívar, Andrés Bello, Francisco de Miranda, Simón Rodríguez, como las inigualables caraqueñas Teresa de la Parra y Teresa Carreño, cada una en sus tiempos; además del ilustre Arturo Uslar Pietri, de Conni Méndez, de Andrés Galarraga, de los inigualable, Rómulo Gallegos, Arístides Rojas, de Arístides Rojas, el Dr. José María Vargas, como Claudio Nazoa.
Ahora bien Caracas aun tiene la virtud de ser realmente una caput-mundi, nada parroquiana sino por el contario es soberbia, universal, cosmopolita, agresiva, contradictoria, con la búsqueda del buen gusto, donde todas las razas y culturas, hemos convivido en paz, donde los caraqueños, además de competir por el buen gusto en el vestir y belleza, compiten en conjunto por un arte muy especial, el del buen comer, desarrollando uno de los paladares más exigentes, donde esa universalidad que ha caracterizado al caraqueño, de ser un ciudadano del mundo en donde es indistinto comer italiano, o español, árabe, hindú, chino, japonés, o alemán, o de donde fuera, familiarizado con ello, como si fuere propio, sin darnos cuenta de esta característica e importancia de este valor que mas bien en otras partes del mundo su publico prefieren en cambio su comida regional.
Por no ser clasista, ni excluyente, Caracas nuestra Capital, es la sumatoria de un todo universal, espontáneamente, libre, luchadora y democrática, donde se desarrolla el sibarita deseo del buen vivir, gracias al aporte de muchos ciudadanos ejemplares, que son un ejemplo para el mundo como actualmente lo representa el Dr. Jacinto Convit, y otros caraqueños de corazón, como los siempre recordados, Amador Bendayan, Renny Ottolina y Billo Frómeta, quien le compuso tantos bellos temas musicales a Caracas, a pesar de haber sido dominicano de origen, pero caraqueño de corazón. Hoy día y frente a la nueva lucha política que se nos avecina, donde nuevamente nos debatiremos entre dos sistemas de gobierno, nuestra Capital volverá hacer el epicentro de la voluntad de toda una ciudadanía, que una vez mas, manifestara en medio del silencio que acompaña a la conciencia, su sagrado derecho al voto, como principal ejercicio ciudadano. Feliz cumpleaños.