Asegura la dramaturga Karin Valecillos: “En el interior del país existen novedosas propuestas”

«Creo que en el interior del país las búsquedas teatrales son distintas porque las inquietudes y las condiciones son diferentes, como es el caso de los grupos de teatro que hacen vida en la Universidad de Carabobo, la labor que se realiza en Guanare o los grupos de Barquisimeto como Teatro Latente y Mundo Teatro. En general, en el interior existen novedosas propuestas», señala Karin Valecillos, autora de piezas que resaltan la idiosincrasia del venezolano, como Vino la reina y Lo que se llevó Kurt Corbain, premiadas y con gran asistencia de público en las ciudades donde se han presentado.
Licenciada en letras, estudió teatro con el Grupo Actoral 80. Vivió en Buenos Aires, Argentina, donde aprendió guión de cine de la mano de Hans Garrino y Patricio Vega. También participó en talleres de dramaturgia con Jaime Chabaud y José Sanchis Sinisterra. A la par de su carrera en el teatro, también ha trabajado como guionista para televisión. Durante siete años trabajó para RCTV Internacional. Es autora de la primera telenovela de MTV Niñas mal y escribió en el proyecto de novela juvenil Nacer contigo, de José Simón Escalona, que presentó Televen en su horario de la tarde.
-¿Por qué dramaturga y no poetisa?
-Me gusta el teatro como fenómeno colectivo y social. Quizás la poesía es un hecho mucho más solitario, aunque uno siempre está solo cuando escribe. Además, me gusta la idea de pertenecer a un grupo de teatro, de entrar en contacto con el público, recibir en la risa, en el aplauso o en el silencio la respuesta a lo que escribo.
-Tus trabajos, siempre tocan personajes históricos ¿Por qué?
-La historia siempre ha sido fuente de inspiración para la literatura y la dramaturgia en particular. Me interesa rastrear lo humano que se esconde en eventos de la historia universal y de la historia de nuestro país, descubrir las personas, los sueños, las desilusiones que se esconden detrás. Es una suerte de indagación mirarse en el espejo de los hechos que nos han transformado.
-¿Escribir una pieza infantil es más complicado?
-Escribir es complicado, por lo menos para mí, ya que siento un gran respeto por el público y, si son niños, más. En nuestras manos está la labor de formar al espectador del futuro, no subestimarlos es mi norte cuando escribo para niños. Eso lo aprendí de Gladys Prince, con quien me inicié en el mundo del teatro. Comenzamos haciendo teatro para niños y ella siempre lo hizo con el mismo respeto y riesgo, como si fuera una obra para adultos.
-¿Qué opinión te merece el panorama actual del teatro nacional?
-Se está produciendo mucho teatro. Al menos en Caracas hay una oferta bastante amplia. Actualmente estamos en una sala donde de jueves a domingo se presentan nueve espectáculos teatrales. De lo que no estoy segura es si hay público para todos. Las expectativas de quien asiste al teatro son otras. Hay una tendencia a buscar teatro de entretenimiento y eso está bien. Lo importante es que se pueda equilibrar, como dice Serrat: “Ha de haber gente pa’ todo” .
-¿Crees que hay más oportunidades para nuevas propuestas?
-Que las condiciones estén dadas, no, pero de eso se trata… de abrirse espacios, de decir lo que uno considera necesario. Si nos sentamos a esperar que haya una oportunidad, pues nos quedaremos esperando. Hay que arriesgarse.
-¿Dirigir y actuar están entre tus metas?
-Me considero humildemente escritora. Como todo el que se inicia en el teatro, alguna vez actué. Solo pocos lo recuerdan, y menos mal. Mi partitura es la escritura, es el espacio donde me siento cómoda y a la vez en desequilibrio. Además, me gusta mucho ver la mirada que otros le dan a lo que escribo, siento que ellos descubren cosas que yo misma no puedo ver en los textos.
-¿El teatro es impulsado a través de los festivales nacionales?
-Los festivales son necesarios para encontrarnos los grupos y para reencontrarnos con los espectadores. Tumbarrancho Teatro ha tenido la oportunidad de participar en varios festivales y es una manera de ver un público nuevo, presentarse en otros espacios y entrar en contacto con creadores de todo el país y el mundo.
-¿A qué argumento se circunscribe tu nueva propuesta teatral como escritora?
-Hay un tema que me interesa indagar. No sé si realmente termine escribiendo sobre ello, porque tengo que encontrar una historia que me ayude a traerlo de la memoria, y es el 27 de febrero de 1989. Es un hecho histórico que me mostró un país que desconocía y sobre el cual me gustaría hablar.
-En el teatro la constancia es necesaria…
-Durante estos cinco años que he transitado en la escritura de la mano de Tumbarrancho Teatro, quizás han cambiado algunas cosas, pero se mantiene la fe intacta en hacer un teatro que nos refleje como venezolanos y que nos ayude, aunque sea un poco, a ser mejores.
Foto: Archivo/Cortesía dramaturga