Aunque en la historia de Venezuela se inscribe la Capitulación de Francisco de Miranda como el origen de la caída de la Primera República, en realidad este hecho debe corregirse porque en primer lugar, lo que hubo fue un tratado de armisticio celebrado entre Francisco Espejo, entonces presidente de la República, Francisco Coto Paúl, quien era la máxima autoridad judicial, y el propio Miranda.
El historiador Giovanny Meza, autor del libro Miranda y Bolívar: Dos Visiones, señala que con el armisticio se esperaba que las autoridades del naciente gobierno pudieran salir del país, primero viajando a Curazao y luego a Santa Marta, Colombia. De allí que el armisticio se tratara de una acción conjunta de Poder Ejecutivo Federal de la época, y no una acción unilateral del Generalísimo, hecho que contribuye a cambiar lo que históricamente se piensa del hecho.
Lo que convierte a este episodio en un golpe de Estado es que cuando se detiene a Miranda, entre la noche del 30 y la madrugada del 31 de julio de 1812, es que se produce la detención de todos los integrantes del gobierno federal, unos mil funcionarios, por lo cual se produce la debacle republicana.
El motivo de este hecho estaría originado en una conspiración fraguada entre Manuel María de las Casas, secretario militar en La Guaira, quien ya estaba en conversaciones con el general realista Domingo de Monteverde; Miguel Peña secretario político del puerto, que guardaría cierto rencor a Miranda; y Simón Bolívar, quien lo culpaba por la caída del Fortín de Puerto Cabello en manos españolas.
Para sostener esta tesis, Meza se basa en la documentación compilada en su libro, que esta semana lanza una cuarta edición al mercado. Allí muestra documentos conseguidos a través del Archivo de Indias y los archivos ingleses de la Foreign Office. En estos figuran personajes como el capitán Haynes, del barco El Zafiro, Antonio Leleux, secretario de Miranda, Tomás Molini y Gregorio McGregor, importante general de la época; además de otros documentos que recientemente han sido sacados a la luz pública.
Asimismo, se basa en una carta de Pedro Gual, publicada en 1843 en El Tiempo de Bogotá, en la cual se narran los hechos mencionados y que en los tiempos de su publicación causó revuelo, ya que todos estos hechos fueron ocultados por la forma en que afectan la imagen del Libertador.
JMG
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