La incomparable voz de Alonzo Sanoja invadió este domingo la Sala Alternativa de la Fundación Juan Carmona del diario EL IMPULSO.
A sala llena y acompañado por los extraordinarios músicos Víctor Ladino (guitarra), Narciso Díaz (cuatro), Juan Carlos Pineda (bajo y guitarra), Oswaldo Álvarez (percusión), el artista barquisimetano presentó y bautizó su primera producción discográfica titulada Pisando tierra.
La bienvenida estuvo a cargo de Jorge Pernía, integrante de Santoral, quien complacido habló sobre el logro de Sanoja, ex miembro-fundador de la citada agrupación larense.
Sin más preámbulo y pasadas las 11:00 de la mañana, el autor de Pisando tierra subió al escenario para conquistarlo con su simpatía, de principio a fin.
La hermosa Tonada de luna llena, del maestro Simón Díaz, abrió el espectáculo que, desde ese primer instante, anunció un concierto fuera de serie, cargado de los más emblemáticos lugares, parajes y realidades propias de Lara y Venezuela… desde sus personajes emblemáticos hasta sus atardeceres y la amplitud de sus llanos y costas.
“Cómo hará el amanecer si no se alumbra con tu piel” entonó Sanoja cuando interpretó Cómo podré, de Ignacio Izcaray. Seguidamente, Caña dulce, de Guillermo Jiménez Leal, surcó los labios del artista.
Al finalizar el tema, Sanoja compartió con el público lo feliz que se sentía por la consecución del disco, impulsado por el doctor Jorge Uribe. Habló de sus primeros pasos en la música, su participación en festivales y su presencia en los primeros pasos de Santoral.
El perro callejero, de Virgilio Arrieta, se escuchó después.
“Lucen como dos panales de miel tus labios en tu piel morena mujer. Fresca como una manzana, vas luciendo tu elegante andar”… Esta espléndida canción de Henry Martínez se hizo sentir de forma exquisita en la voz de Sanoja, quien luego interpretó Piel de caramelo, de Luis Alfonso Pernía.
En un nuevo intercambio de palabras, Sanoja conversó sobre sus influencias, destacando la huella que le estamparon Serenata Guayanesa y Simón Díaz a su vida.
¡Ah mundo Barquisimeto! Se escuchó decir a lo largo de la ineludible pieza Lara es una sola, de Virgilio Arrieta. La audiencia acompañó la interpretación con sus aplausos.
Tras presentar a los músicos, Sanoja descubrió los colores del Oriente venezolano. Para sorpresa de la concurrencia, el artista llamó a su sobrino Ricardo, para que entonara un fragmento de la canción Oriente es de otro color, de Henry Martínez.
Luego de una rítmica danza zuliana, Luis Alfonso Pernía, coproductor del disco y arreglista vocal, apareció en escena para aplaudir el logro de Sanoja. “A Santoral le complace toda esa magia y alegría que colma a Alonzo por el logro de su disco”.
No podía faltar el sabroso golpe tocuyano que encendió los ánimos de las almas presentes. La barquilla, de Don Pío Alvarado, estremeció cada rincón de la Sala Alternativa de esta casa editora.
Un popurrí de merengues venezolanos, entre estos Juana y José y Compadre Pancho, deleitaron a los asistentes que también escucharon Papagayo, de Gustavo Carucí y Amado López; y Por un lápiz y un papel, de Gilberto Ojeda.
Entre amigos
En un mismo escenario se encontraron Alonzo Sanoja, Santoral y Pablo Briceño.
El quinteto, compuesto por los ex fundadores de la agrupación y los integrantes actuales, engalanó la tarima que se colmó de talento y matices vocales. El público extasiado aplaudió, cantó y vibró al compás de los músicos que compartieron entre amigos este inolvidable festín.
El bautizo del disco vino después. Los padres y hermanas de Sanoja subieron al escenario y, junto a los músicos, la ceremonia se cumplió tal y como se tenía previsto.
En vista de que el doctor Jorge Uribe no pudo estar presente, la mamá de Alonzo, Delia, aprovechó la oportunidad para leer una misiva que le envió el galeno a Sanoja, en la que le expresaba el mayor de los éxitos por el proyecto concebido.
La parranda continuó en las voces de los artistas que, en medio del evidente regocijo y la complicidad que los envolvía, seguían cantando para complacer a la vigorosa asistencia.
Fotos: Billy castro
