A cien días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el presidente demócrata Barack Obama y su virtual rival republicano, Mitt Romney, aparecen empatados en los sondeos mientras sus campañas se tornan mas agresivas con ataques y nuevos anuncios prácticamente a diario.
Antes de los comicios del 6 de noviembre, la atención mediática se centrará en el compañero de fórmula que elegirá Romney, en las convenciones que republicanos y demócratas celebrarán entre finales de agosto y comienzos de septiembre, y en los tres debates televisados entre ambos candidatos en octubre.
Pero para las campañas hoy es un “hito psicológico”, en palabras del principal estratega político de Obama, David Axelrod, y comienza una nueva fase en la que cada día cuenta para sumar votantes y conquistar sobre todo a los indecisos.
Esta semana se han publicado varias encuestas que refrendan el empate entre Obama y Romney.
El último sondeo de Gallup dio a ambos un 46 % de intención de voto, mientras que otro de la cadena NBC y The Wall Street Journal apuntó que el republicano genera más confianza en materia económica, pero el presidente lleva ventaja en estados que serán decisivos como Ohio.
La web de información política RealClearPolitics, que elabora un promedio diario de las encuestas electorales, indica que Obama tiene un apoyo del 46,4 % y Romney del 45,3 %.
El republicano sí lleva ventaja en recaudación para su carrera hacía la Presidencia y en junio superó por segundo mes consecutivo a Obama al embolsarse 106 millones de dólares, algo que preocupa a la campaña demócrata, que ya ha alertado a sus donantes para que no bajen la guardia y aumenten sus contribuciones.
La existencia de comités de acción política independientes, que en la práctica son una extensión de las campañas oficiales y pueden recaudar fondos ilimitados, ha generado en parte un aluvión de mensajes y anuncios críticos de ambos lados, especialmente en los últimos días.
Los ataques demócratas se han centrado en desacreditar a Romney como hombre de negocios, una de las facetas de la cual precisamente presume, acusándolo de haber invertido en compañías especializadas en trasladar puestos de trabajo fuera de EEUU y en otras que quebraron cuando dirigía la firma Bain Capital.
La campaña de Obama lanzó un anuncio de televisión sobre los ataques relacionados con Bain Capital en el que ridiculiza a Romney, a quien se escucha cantar “America The Beautiful”, una canción patriótica que entonó en público con poco acierto a comienzos de año en Florida.
Por su parte, los republicanos han pintado a Obama como a un presidente que “ataca a los que tienen éxito”, estrangula con excesivas regulaciones a los empresarios y no ha sabido enderezar la situación económica del país tras la crisis del 2008.
La economía sigue siendo la mayor preocupación de los votantes y los últimos indicadores juegan en contra de Obama, ya que el desempleo continúa alto, en el 8,2 %,, y el viernes se conoció que el Producto Interno Bruto (PIB) creció entre abril y junio un 1,5 %, a un ritmo menor que en el trimestre anterior (2 %).
Mientras, a Romney le pueden pasar factura varios deslices verbales cometidos en Londres, entre ellos un comentario crítico con la organización de los Juegos Olímpicos, en el marco de su primera gira internacional y con la que pretende fijar sus prioridades en política exterior de cara a los votantes.
La cercanía de las elecciones ha llevado a ambos a eludir el debate sobre el derecho a la posesión de armas en EEUU, siempre latente y que resurge con tiroteos como el ocurrido la semana pasada en un cine de Aurora (Colorado) con un saldo de 12 muertos y 58 heridos.
Si bien Obama habló sin tapujos el miércoles de la necesidad de un mayor y mejor control a la tenencia de armas, la Casa Blanca aclaró después que el presidente no presionara para que el Congreso apruebe leyes más estrictas, y Romney reiteró desde Londres que endurecer las normas no es la solución.