Los alumnos y el personal docente del liceo Manuel Torrealba Ramos, en la capital de la parroquia Antonio Díaz del municipio Torres, prácticamente están resignados a cumplir con sus funciones afectados por una serie de problemas que, a pesar de estar en conocimiento de diferentes organismos oficiales, no han sido resueltos.
“Lo único que hemos recibido son promesas pero muy pocas soluciones, algunas de las cuales han llegado, pero a medias”, expresó la profesora Carmen Yolanda Oropeza, una de las docentes.
Lo hizo mientras acompañaba este miércoles a los 43 integrantes de la vigésima sexta promoción de bachilleres que egresa de la institución.
Los jóvenes, en compañía de docentes, padres y representantes, asistieron a una misa en la iglesia de la población y luego de una ofrenda floral ante la estatua de El Libertador, se trasladaron al plantel para recibir cada uno su correspondiente documentación.
Para la profesora Oropeza, el principal problema del liceo es el techo de asbesto que, a pesar de los años de haber sido colocado y de estar comprobado es perjudicial para la salud, no lo han cambiado.
“Hemos exigido muchas veces la sustitución de ese techo pero nadie nos hace caso, y mientras tanto todos los que hacemos vida en la estructura seguimos expuestos a contraer cualquiera de los males que ese material provoca”, agregó.
Pero en el liceo Manuel Torrealba Ramos también están esperando la dotación del comedor y del laboratorio de informática, que ya poseen la estructura física donde puedan funcionar, pero no tienen equipos.
El comedor apenas dispone de mesas y sillones pero ni siquiera de una cocina o un refrigerador para preparar o guardar los alimentos.
Lo mismo ocurre con el laboratorio de informática, que apenas ha sido dotado de un aparato de aire acondicionado que, como es lógico pensar, no es suficiente para que los alumnos hagan sus prácticas.
La profesora Oropeza recordó que el gobernador Falcón les prometió el cambio del techo y la dotación del comedor, así como una cancha, pero solamente construyó el sitio de alimentación, aunque sin dotarlo.
El centro educativo también carece de filtros para que los 360 alumnos puedan consumir agua fría y confiable.
El único bebedero de que disponían fue destrozado por antisociales hace tiempo y no ha sido sustituido.
José Castañeda, estudiante, abogó por la construcción de una batería de baños ya que en la actualidad existen dos salas para los 360 alumnos por lo que muchos deben correr hasta una quebrada cercana cuando se presenta una emergencia física.
La cancha deportiva es otra de las urgentes necesidades de la institución educativa curarigüeña pues actualmente sólo cuentan con un terreno polvoriento para realizar algunas prácticas.
Reinaldo Aranguren, preocupado por las actividades deportivas en Curarigua, dijo que la población estudiantil del liceo Cruz Mario Torrealba merece una cancha techada y con alumbrado, para que los jóvenes del poblado dispongan de un sitio adecuado para practicar educación física o algunos deportes.
Oscar González, otro joven residente de Curarigua, dijo que todos esperan que durante las vacaciones FEDE o cualquier organismo elimine los techos de asbesto y los sustituya por otro material que les proteja y no cause daños a la salud como los actuales. y que se cumplan las promesas recibidas
Fotos: Elías Rodríguez