Son las 6:30 de la mañana y las actividades empezaron en el Hogar de Niños Impedidos “Don Orione” (Honim), al este de la ciudad. Madres cuidadoras despiertan y atienden a los 76 huéspedes de esta institución que este año cumple su 30º aniversario, mientras que los olores de comida invaden el ambiente.
Cerca de las 8 de la mañana, los niños están aseados y listos para tomar su desayuno, “comen arepa, leche, galletas…”, dijo Fernando Santamaría (Padre), quien es el director del Honim desde hace 7 años. Con la barriga llena y las ganas potenciadas, a las 9 de la mañana, empiezan las actividades en los cinco salones de educación al trabajo, donde más de la mitad de niños especiales comparten la ocupación del tiempo de ocio, no sin antes cantar el himno nacional, “trabajamos para que ocupen este tiempo en actividades diversas”, explicó el clérigo, entendiendo que muchos de ellos no tienen la capacidad para un aprendizaje profundo.
Al mediodía ya es hora de almuerzo, y quienes habitan en la casa hogar, hacen la actividad acostumbrada, “luego de comer, se espera hasta las 2 para que regresen a las aulas hasta las 4, y a las 6:30 de la tarde están cenando”, describió Santamaría.
Quienes sufren de una condición más adversa (parálisis cerebral) los acuestan a las 8:30 de la noche, “los que no, ven películas y muchos son amantes de los deportes, si hay fútbol lo ven, si hay béisbol también”, dijo el director de la institución, mientras se le escapaba una sonrisa.
Y es que la vocación que le permite realizar estas labores a los 50 miembros de esta institución supera cualquier adversidad, ya sea por parte las condiciones de los niños o por las finanzas que presenta el hogar de niños impedidos, apretada por la falta de ayuda de la instancia estatal.
“Tenemos un presupuesto de 4 millones de bolívares al año, el 90% los aportan las empresas privadas y los particulares, el 10% restante lo recibimos de las instituciones del Estado”, explico Santamaría, quien reconoció que su labor es totalmente gratuita, “no se les pide nada a los familiares de los niños, de aquellos que los tienen”, ya que muchos fueron abandonados a edades tempranas. Quien dirige este hogar de buenas intenciones, explicó que, “del presupuesto anual, 65 mil bolívares son recibidos del Ministerio de Educación, 200 mil bolívares lo recibe a través del Consejo Legislativo del estado Lara y de la gobernación, y otros 20 mil por parte de la Alcaldía de Iribarren”, lo que suma poco más de un cuarto de millón de bolívares.
Aparte de los niños atendidos en estas instalaciones, 34 niños reciben pensión en dos hogares de cuidados diarios, ubicados en la ciudad, “se les atiende de 8 a.m. a 4 p.m., diariamente”, indicó Santamaría.
Quien está al frente de esta casa hogar, admitió que, desde la tragedia del estado Vargas en 1999, el Honim recibía una cantidad de dinero por parte del Instituto de Atención al Menor (INAM) por hospedar a niños huérfanos de ese hecho, subsidio que duró hasta el 2004; en 2005, la institución recibió fondos de la Misión Negra Hipólita, en una cantidad que ascendía al 40% del presupuesto anual, financiamiento que se mantuvo hasta 2009, “no entendemos el por qué fue suspendido; desde ese entonces hasta acá, quedamos a la intemperie”, exclamó el padre.
Fotos: Edickson Durán