Fernández Morán visita la UCLA

Se menciona con ufanía colectiva, que nuestra Alma Mater, la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado, está de pláceme y la comunidad académica y la región Centroccidental, optimizan recursos, para celebrar sus cincuenta años de su fundación, con el debido regocijo y connotación institucional. Hechos singulares han transcurrido en esta media centuria.
Entre ellos, para la región, crear esta Casa de Estudios Superiores, es la atalaya, que abrió las puertas del progreso y de la cultura, se constituye en máximo instrumento de desarrollo tanto del país, como del espacio polarizado en la región y toda su vasta zona de influencia.
Como alusivo a esta majestuosa celebración, doblándome en ocasional cronista, me ocuparé de ir reseñando, sucesos que se han originado, ligados al proceso enseñanza-aprendizaje de la institución universitaria, honda impronta han dejado, vinculada al ser y quehacer de la cumpleañera universidad.
Guardamos mucho ánimo para evocar, que nuestro sabio del Renacimiento Científico del Siglo 21, Humberto Fernández Morán, visitó la UCLA; recibió información de su funcionamiento, se interesó de su proceso de desarrollo cultural y científico y con mucho sentido cognoscitivo, hizo recomendaciones, incisivas y modernas, sobre la importancia y necesidad de la enseñanza de la Física en la Universidad Venezolana, del periodo actual.
El doctor Argimiro Bracamonte, regía y dirigía la Universidad, ponía tesonera voluntad en diseñar una Universidad moderna, comunitaria, visión integral de la cultura, la ciencia y la tecnología y en completar sus estructuras. Fue situación que aprecio con mucho interés, que profundamente valoró, el sabio visitante. Pues, ha de recordarse, que ideas similares manifestó, por la Universidad Simón Bolívar de Caracas, que visitó por los mismos días, que guarda nexo similares con la filosofía de la UCLA, su concepción Experimental y su índole de instituciones de Ensayo Pedagógico y Casas de Estudios para ensayar nuevas orientaciones de técnicas docentes, adaptadas a una mejor más moderna educación.
Según las notas que tomé al respecto, en esta Universidad afín de la UCLA, la enseñanza de la física, funcionaba mediante conceptos muy claros y de contenidos modernos. Desde el punto de vista de las relaciones institucionales, fue de capital importancia esta visita del sabio Fernández Moran, la presencia de un científico de sus aptitudes y calificaciones, fue una voz amiga, que conquistó renombre y expresión, por un rendidor y eficaz medio de benevolencia amiga. Para la época, desempeñábamos el cargo de Director del Departamento de Información y de Cultura. La hicimos objeto de fertilización cruzada que llenó los programas de la Institución, que plenamos de divulgación. En El Impulso, donde escribimos, con una consecuencia de hace más de 50 años, publicamos un largo artículo: Fernández Morán, Hombre del Renacimiento Científico.
El sabio Fernández Morán, entre sus realizaciones científicas de alta categoría, se le aporta, la fundación del IVIC, el Instituto de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, con sede en Pipe, Estado Miranda. Este instituto tuvo una dotación de primera índole para iniciar en el país, investigaciones de descomposición del átomo, aplicado a fines pacíficos, salud, educación y agroindustria. Es el inventor del bisturí de diamante, instrumento capaz de aplicar tan finos cortes que captan la Infraestructura y de otros inventos que ligaron su obra de investigador y de sabio, a las expectativas universales y como factor coadyuvante a las causas de humanidad y del progreso universal.
Fue el único venezolano asesor de la Nassa cuyo nombre fue asomado para participar en uno de esos viajes del súper espacio, que de haberse realizado como estuvo previsto, rodearía el gentilicio venezolano, de la mayor gloria y extensión, por esa magna proeza científica. Su nombre y su obra, en virtud de tan excelsos méritos, se mencionó con insistencia, para recibir el Premio Nobel Universal. Para gloria y dignidad así fue establecido, pero a condición de que cambiara de nacionalidad por la Norteamericana. Opúsose inflexiblemente a semejante ofensa y murió con la gloria de ser venezolano por el pecho y por la espada, digno paisano del Libertador.