La foto de Bolívar y el retrato de Chávez

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Dictamen

Hace un año en un acto mucho más solemne que el de este martes, el vicepresidente Elías Jaua dio a conocer el informe con los resultados del estudio de los restos del Libertador. En aquel momento, Chávez estaba convaleciente en Cuba y no pudo participar del histórico evento. En aquella oportunidad un científico español expuso que efectivamente los restos que reposaban en el Panteón Nacional eran los de Bolívar contradiciendo la sospecha de Chávez que había generado toda esta profanación. Igualmente se dejó claro que había indicios para confirmar como causa de su muerte el padecimiento de la enfermedad de Tuberculosis. O sea, nada nuevo.
Un año después, el presidente Chávez insiste en su capricho y vuelve a realizar una cadena para volver sobre el tema. Esta vez, colocaron como vocera a una criolla que con voz temblorosa y sin leer, trató de explicar cómo es que posiblemente un hongo pudiera haber simulado los síntomas de la tuberculosis y que hay que seguir investigando (y cobrando) para mantener viva la sospecha de Chávez (el cliente) de que tal vez Bolívar no murió de esa enfermedad. Chávez aprovechó la duda para decir: “Tengo en el alma la certeza de que Bolívar no murió como dicen, yo lo saqué por deducción, porque mi abuela murió de Tuberculosis y no fue lo mismo”. Los estudios dicen que sí, pero el amo tiene en el alma la certeza y comparó ya la muerte de su abuela con la de Bolívar para deducir lo contrario. ¿Acaso necesitan más pruebas?
El caso es que dos años después la hipótesis de Chávez sigue sin comprobación científica y la historia tradicional ha quedado ratificada. Pero el caudillo que hoy jura ser la reencarnación del héroe prefiere seguir tejiendo su propia historia sin importarle el realero que gastó en estudios científicos. Ahora develó una fotografía con tecnología 3D del rostro de Simón Bolívar, para comprobar ante los ojos del mundo que el Libertador era tal cual lo han pintado siempre en los retratos ampliamente conocidos. Tanto el rostro develado como los mismos estudios difundidos, confirman que Bolívar fue un hombre blanco, caucásico y descendiente de una familia mantuana adinerada.
Sin embargo, el “bolívar este” usurpador, insistió con la cacareada foto detrás de él, en su sospecha de que Bolívar era hijo de esclavos y que lo habían matado. Lo insólito, desconoce (quizá sin darse cuenta) los resultados de los estudios que él mismo mandó a realizar con el dinero de su pueblo. De nada valió la ciencia, Chávez decreta que a Bolívar lo mató la burguesía y que era hijo de esclavos, aunque no pueda comprobarlo. Le faltó decir que tenía una verruga en la frente. Seguirá gastando los reales ajenos hasta que alguien le diga lo que quiere oír. Quizá su delirio o el tratamiento de la enfermedad no le permite entender los resultados científicos que se leen en cadena nacional delante de él, pero el resto del mundo lo que tiene claro es que la historia del padre de la patria sigue siendo la misma.
Lo único que se comprobó luego de dos años de estudios pagados con el dinero de los venezolanos, es que Chávez estaba equivocado. Los restos que reposaban en el Panteón sí eran los de Bolívar, y sí murió de Tuberculosis, y sí era un hombre blanco mantuano. Pero lo único que reconoce hasta el momento Chávez es que los restos estudiados son los del Libertador, pero no porque lo digan los resultados científicos, sino porque cuando vio el cráneo sintió una llamarada en su corazón.
Quizá la imagen 3D que vimos de Bolívar sea la foto más cara del mundo, pero el que quedó bien retratado este martes fue Hugo Chávez. Un caudillo militarista que usurpa la historia, desprecia la ciencia y manosea la gloria patria. Un ególatra que se siente con el derecho de reinterpretar el pasado para reclamar su herencia y sentirse predestinado. Un presidente tan inútil que no pudo siquiera inaugurar como dijo la obra del Mausoleo de Bolívar y tuvo que mostrarla en fotos como hace también con las viviendas del pueblo.
Pero mientras Chávez sigue dedicado a resolver los misterios de hace doscientos años, en el presente hay un liderazgo renovado recorriendo el país y ocupándose de los problemas reales y actuales de la gente. Dejando el pasado donde está para que la gente lo interprete libremente, Capriles se propone vencer a la delincuencia, el desempleo, la inflación y la corrupción. Se trata de cambiar el presente para tener un mejor futuro, y no de cambiar el pasado para justificar la opresión y el desgobierno de un profanador de tumbas y un expropiador de la historia. La independencia ya fue, ahora le toca el turno al progreso.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
Twitter: @chatoguedez

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