Venezuela ratificó una vez más su rechazo al fallo de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (Corte-IDH) a favor de Raúl Díaz Peña, autor de los ataques terroristas contra el Consulado General de Colombia y la Oficina de Comercio de España, perpetrados en Caracas en 2003.
Al respecto, el ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, consideró este miércoles que la instancia de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha llegado «más allá del límite del desprestigio y de la falta de credibilidad» con esta decisión.
Además, recordó que la decisión viola la convención de la Corte Interamericana y agregó que se desestimaron todos los alegatos y las pruebas presentadas por Venezuela, por lo cual calificó el fallo como uno de los más «abusivos y aberrantes».
Denunció que la Corte-IDH está bajo la influencia directa de la hegemonía del Departamento de Estado de Estados Unidos y «está conectada de manera vulgar con lo peor de la derecha de la oposición venezolana».
Este fallo de la Corte-IDH, del 20 de julio pasado, acusa al Estado venezolano de ser «internacionalmente responsable por la violación del derecho a la integridad personal y por los tratos inhumanos y degradantes en perjuicio del señor Raúl José Díaz Peña».
Ante esta acusación y debido a las reiteradas agresiones por parte de esta instancia internacional contra Venezuela, este martes el presidente de la República, Hugo Chávez, ratificó la salida de Venezuela de la misma, hecho que, tal como aclaró Maduro, no afectará la protección de los derechos humanos de los venezolanos.
«Los venezolanos están protegidos, en primer lugar, por la Constitución más avanzada del mundo en materia de derechos humanos. Desde el punto de vista jurídico, legal, constitucional, nuestro pueblo tiene la protección suprema de la Constitución. En segundo lugar, nosotros participamos en los mecanismos diversos que hay en el mundo para la protección de los derechos humanos, como es el Consejo de los derechos humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas)», precisó.
Informó que para oficializar la salida de Venezuela de la Corte Interamericana se consignará un escrito ante la Secretaría General de la Corte-IDH para que a partir de allí comience a correr un año para desligar al país del sistema interamericano.
Mercosur: oportunidad para diversificar economía
Durante la entrevista de este miércoles, Maduro consideró como la gran oportunidad para diversificar la economía de Venezuela el ingreso pleno del país al Mercado Común del Sur (Mercosur), el cual será ratificado en un acto con los presidentes del bloque en Río de Janeiro, Brasil, este 31 de julio.
Resaltó que con la presencia del país en el esquema de integración se conforma un poderoso bloque económico que, además de contar con el poderío industrial, agrícola y tecnológico que aportan sus miembros fundadores, tendrá a Venezuela como «potencia energética integral, petrolera, gasífera y ahora petroquímica».
El canciller resaltó que la adhesión plena de Venezuela al bloque suramericano permitirá que los distintos niveles de integración que hoy existen dentro del Mercosur y en el continente «avancen hacia una integración efectiva».
Ante la destitución ilegítima del presidente constitucional de Paraguay, Fernando Lugo, por el Congreso, en junio pasado, y que llevó la salida de este país del Mercosur, el canciller Nicolás Maduro informó que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) continúa con su labor de evaluación de la situación política de este país.
Sostuvo que Unasur envió una misión «de manera inmediata», al saberse de la situación, la cual continúa en pleno desarrollo. «Están todos los delegados de todos los países, se va a continuar el proceso para exigir elecciones libres y transparentes, que se le garantice al pueblo paraguayo elecciones libres».
Expresó que en Venezuela, como parte de la Unasur, se espera una «pronta restitución de Paraguay a la democracia verdadera, al respeto a la constitución y a los derechos populares».
Mecanismos de integración regional como la Unasur o el Mercosur tomaron acciones ante el quiebre del orden constitucional en Paraguay, y ello incluyó la suspensión de ese país de los citados bloques hasta que se reestablezca el orden democrático.
