Ventana abierta
Para recordar: “No dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre…” (Hebreos 10:25).
Nuestro título debería ser: Migración de empleados del Ministerio del Poder Popular para la Educación, MPPE, que se traduce en: Personal docente (activo y jubilado), administrativo y obrero, a los bancos aludidos. Y parte de los comentarios, nos apoyamos con el “gremiodocente.blogspot.com”.
La migración (el cambio obligatorio) ocurrirá a todas las personas antes aludidas, que tenemos cuenta en el Banco Provincial, para pasar al Banco Bicentenario.
En consecuencia, a partir del 10 de agosto de este año, a petición de la Ministra Maryann Hanson, se cobrará cada quincena en el banco del gobierno. Hay que abrir una libreta con requisitos mínimos, como: Fotocopia de cédula, un recibo de servicio (agua, energía eléctrica, teléfono), máximo con tres meses de vencido. Según el blogspot mencionado, en algunas sucursales solicitan copia de resolución (para jubilados), una referencia personal, y copia del RIF.
Tal traslado no significa, necesariamente, que rompamos relaciones con el Provincial, pero “no se sabe las implicaciones que esto le traerá a los bancos”; esperamos que todo sea para bien. A pesar de la “plataforma” y “solido” del Banco Provincial, en algunas ocasiones se dificulta realizar ciertas operaciones y nos preguntamos: ¿Está el Banco “Bicentenario” preparado tecnológicamente para recibir numerosos nuevos clientes? ¿Dispondrán del efectivo cada quincena? ¿Se podrá realizar transferencia de esta entidad a otros Bancos? Entre paréntesis, el Bicentenario, solo está abriendo la cuenta de ahorro (nómina) y no abre la cuenta de ahorro personal (adicional) a los emigrantes mencionados.
Damos las gracias a los gremios de educadores y otras agrupaciones involucradas, para divulgar entre sus agremiados la orden emitida por el Ministerio. Especialmente, agradecemos al profesor Jesús Echeverría, José Vicente González y todo docente, que de alguna forma ha promovido esta actividad.
Quizá, unos pocos llegamos a las oficinas algo preocupados, porque coincidió tal solicitud de apertura, con la revisión y suspensión de sueldo que tuvimos algunos, por no llevar la “Fe de vida” al Ministerio, o simplemente por no presentarnos en la fecha estipulada (mes de Octubre) para evitar tal suspensión. Pero, gracias a Dios, dicha ente gubernamental, previo trámite, en dos o tres quincenas reintegró los pagos.
Al tratar de abrir la cuenta en el Bicentenario, nos encontramos con varios docentes que estaban desde las 8:30 am, y eran las 5:30 pm, y todavía no habían podido obtener su libreta. Entre ellos: el profesor Carlos Olaizola; el profesor José Antonio Peña; de igual forma estaba la diligente obrera educacional, Maribel Márquez, quien abrió su cuenta, pasadas las 6:30 pm; y gracias a Dios, quien escribe, salió un poco más tarde que los anteriores, pero cumplimos el cometido.
De todas maneras, vaya nuestra nota de identificación o solidaridad para con el personal del Banco Bicentenario, quienes seguramente implementarán eficientes estrategias para cumplir la disposición del Ministerio, y como se observa ya están trabajando sobre tiempo.
Cambiarse de un banco, y peor aún, por los rumores, es lógico y natural, pero es muy malo. Lo mismo sucede con personas que pasan de una iglesia a otra, que cambian o abandonan su congregación; ya que, muchas veces están en una iglesia porque allí les tratan bien, y, algunos, toman su casa u otro sitio no consagrado para hacer sus cultos grupales, dejando su hermandad.
No deberíamos estar en una iglesia (congregación) por las razones anteriores, sino por el mensaje; por lo sólido de las doctrinas; por lo universal; por su obra misionera. La Biblia nos amonesta y dice: “No dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. (Hebreos 10:25). ¿Cuál día? La Segunda Venida de Cristo.
Es factible, que algunas personas rompan o no, relaciones con los Bancos “sólidos” del país o del mundo, pero nunca se puede comparar con una iglesia cuyo fundamento sea el de Cristo Jesús, que es la Roca firme y en quien sí podemos confiar.