La sensación y el chip

De un tiempo para acá las grandes políticas del candidato-presidente pueden resumirse en dos: la sensación y el chip.
Necesariamente hay que separarlos porque son términos diferentes pero ambos tienen algo en común: son un disparate, una verdadera burla a los venezolanos porque intentan justificar lo injustificable: el desastre de una gestión de 14 años.
La denominada “sensación” se usa como respuesta y argumento esencial para pretender justificar la irresolución de los grandes problemas del país, desatendidos por Hugo Chávez y sus ministros, como por ejemplo la inseguridad, la cual ha cobrado más de 150 mil víctimas asesinadas durante los 14 años del régimen.
El candidato-presidente y sus Ministros de Interior y Justicia hablan de que sólo existe una “sensación de inseguridad” fabricada por los medios de comunicación social, mientras las morgue de los estados, principalmente Caracas, a cada rato se llenan de cadáveres de venezolanos asesinados a manos del hampa.
Igualmente justifican la “sensación de apagones eléctricos” cuando la deficiencia del servicio se siente en todos los rincones del país, de norte a sur y de este a oeste, incluyendo a la capital venezolana, cuidada en exceso de evitar que sucedieran cortes allí, dada la alta concentración de electores.
Todos es, -según Chávez y su corte de incapaces ministros- una apariencia artificial  cuya culpa última recae en los medios privados, “autores” de la bendita “sensación”.
La otra gran política es el “chip”, adminículo equivalente a etiqueta de contrabandista de gasolina que implanta obligatoriamente el gobierno nacional a todo venezolano propietario de un vehículo, con la excusa de detener el tráfico de combustible.
La moda del chip la pusieron en el Táchira y los municipios de la Guajira, Zulia, sin que disminuyera ni un ápice el contrabando de gasolina, producto manejado en su totalidad por el gobierno chavista, desde su producción hasta su comercialización al mayor y al detal, incluyendo una “vigilancia” militar en las estaciones de servicios que, muy al contrario, diera la sensación de “zamuro cuidando carne”.
Tanto la “sensación” como el “chip” constituyen políticas totalmente desacertadas del gobierno del candidato – presidente cuya campaña constituye una gran mentira bombardeada por medios oficiales y redes sociales, porque la triste realidad abofetea al venezolano, hoy sometido a una elevadísima tasa de homicidios, carencia de alimentos, falta de empleos formales, constantes apagones eléctricos e inexplicable racionamiento de combustible en una nación productora de hidrocarburos.
En este marco de pésimas políticas, lo cierto es que existe la segura “sensación” de que Hugo Chávez perderá las elecciones presidenciales con un solo “chip”: el voto de la mayoría.
Twitter: @exequiades