La falta de mantenimiento de la Alcaldía de Palavecino, en los espacios verdes de sectores populares, se agrava en Tarabana (I, II y III). En la plazoleta del sector dos, por apenas nombrar un caso, el abandono está presente. A duras penas, se observan las luminarias, todas están rotas y prácticamente irrecuperables.
Gloria Peraza, vecina, lamentó que el alcalde Richard Coroba “no tenga en su agenda a Tarabana, a pesar de ser una comunidad emblemática de la municipalidad”. Dijo que en el caso de la plaza, desde hace cinco años aproximadamente, no ocurre un operativo de limpieza.
La maleza cubrió los bancos para sentarse, así como las caminerías que daban tanta vistosidad a la entrada del vecindario. En este sentido, los vecinos exponen que las alimañas se multiplican en ese lugar y llegan hasta los hogares más cercanos.
En las aceras, también se dejan ver los matorrales, dificultando el paso de los transeúntes. Se trata de una realidad poco favorable para las personas que residen hacia este lado de Palavecino, ya que más de un vecino ha sufrido a causa de un traspié.
El aseo no pasa
Por otra parte, existen fallas en la recolección de la basura desde hace más de un mes. Bolsas con desperdicios, frente a las viviendas y otros espacios del vecindario, perjudican la apariencia de Tarabana.
“El aseo urbano no volvió a pasar. La contaminación sigue en medio de nosotros, perjudicándonos de una forma tremenda, causando malestar entre los residentes y los familiares que vienen de visita”, dijo la vecina Beatriz Méndez.
Asimismo, exponen los olores desagradables que emanan los montones de desechos acumulados, a lo largo y ancho de la comunidad, provocando náuseas, dolores de cabeza, entre otros malestares que mantienen angustiados a los vecinos.
Al parecer, los consejos comunales de la zona han realizado diligencias ante el instituto Municipal del Aseo Urbano de Palavecino pero no reciben respuestas positivas. Los conurbanos no tienen otra alternativa, más que arrojar la basura en las quebradas más cercanas o quemarla. “No es la solución, porque quemar o tirar la basura, genera un problema mayor”, agregó la residente.
Vías dañadas
No todo es color de rosa en Tarabana. Prueba de ello, son los cráteres formados en las diferentes calles de la comunidad, perturbando el paso de carros particulares y de unidades del transporte público. Huecos y más huecos, invaden las calles del vecino municipio.
Los habitantes solicitan una rehabilitación integral de las vías a fin de no perder más dinero en las reparaciones de sus vehículos. Carlos Andrade, conductor, explica que destina entre 700 y mil bolívares en solventar loos daños del tren delantero.
Aunado a las incomodidades que sufren los conductores, se suman las calamidades que deben padecer los transeúntes. Algunos choferes de “rapiditos” no recorren la totalidad de las calles de Tarabana, precisamente, por el grave daño de la capa asfáltica.
En las inmediaciones del núcleo de Veterinaria y Agronomía, de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), el caos es peor. Estudiantes y el personal en general, elevan quejas por el deplorable estado del pavimento.
A los lados de la vía, abunda la basura y, de este modo, empeora el panorama para los vecinos del sector. Por lo pronto, los consejos comunales continúan en la búsqueda de recursos económicos a fin de dignificar a los tres sectores de la barriada.
Fotos: Elías Rodríguez