La barriada fue fundada hace más de dos años en la parte alta del sector Casacoima, al norte de la capital del municipio Crespo, por un grupo de familias desesperadas por no disponer de techos donde guarecerse.
En la actalidad están censados 360 grupos familiares, todos de bajos recursos, quienes, a pesar del poco o nulo contacto que con ellos han tenido los reponsables de la llamada Misión Vivienda, aún guardan algunas esperanzas de que en cualquier momento se acordarán de su existencia.
“Pero mientras eso llega tenemos que arreglarnos como mejor podamos, levantando nuestros ranchitos con lo que encontremos, con barro, cartones o con cualquier material que sirva de paredes”, dice Carmen Moreno.
Ella vive en un rancho de latas con su marido y dos hijos y poco sabe de la Misión Vivienda pues no ha sido constatada por nadie.
Se nota resignada a la precaria situación que están viviendo porque, además de la falta de una vivienda digna como las que pregona el presidente Chávez, carecen de los más elementales servicios públicos, en especial el agua.
Más adelante encontramos a la famillia Oropeza dando los “últimos toques” a su casita de barro.
El jefe de la casa, e incluso los niños, se dedicaban a cubrir de barro las paredes.
“Aquí estamos empañetando las paredes para taparle los huecos porque no sabemos hasta cuando esta será nuestro hogar. De eso que llaman Misión Vivienda no sabemos nada porque nadie nos ha visitado, ni siquiera porque están en campaña electoral”, expresó Zenaida Oropeza.
Y como la familia Oropeza, sin saber nada de esa misión, se encuentran las 360 familias de las Colinas de la Manga.
Tampoco han recibido visita de funcionarios de la alcaldía de Crespo para tomar nota de los otros problemas que en materia de servicios públicos están confrontando.
“Necesitamos más apoyo oficial para salir de abajo, que tomen en cuenta que somos más de 350 familias venezolanas que necesitamos agua, calles, que nos instalen las acometidas de electricidad debidamente, alumbrado público y otros servicios”, manifestó José Pastor Canelón, otro de los residentes.
También necesitan que desde la alcaldía les clarifiquen la situación legal de las parcelas que ocupan pues, a pesar del tiempo que llevan ocupándolas todavía son calificados como invasores, término que rechazan.
“Aquí estamos familias que necesitábamos donde vivir, no somos delincuentes y estos terrenos estaban abandonados, enmontados, convertidos en guaridas de antisociales peligrosos para el resto de Duaca”, dijo por su parte Francisco Pernalete, otro vecino, mientras señalaba la gran cantidad de ranchos que la misma comunidad ha venido levantando en el amplio terreno.
Agradecen a la alcaldía de Crespo el envío, aunque no con la regularidad deseada, de algunos camiones cisternas con agua que les solucionan en parte el problema en relación a ese servicio.
Pero no todos los vecinos reciben el vital líquido pues en algunos sectores no llegan los camiones ya que sus conductores argumentan la falta total o el mal estado de la vialidad que les impide llegar.
Consideran necesario el incremento en el número de cisternas pues, además de necesitarse el líquido para preparar los alimentos también se requiere para otras labores hogareñas, entre ellas las de limpieza.
Pero las familias de Colinas de La Manga insisten en el llamado a quienes dirigen la Misión Vivienda en Lara para que se acuerden de ellas, que son venezolanas y votan.
Fotos: Luis Salazar
