En un lapso de 48 horas han sido asesinados dos miembros de la Fuerza Armada Nacional en el estado Lara. El móvil de ambos crímenes es la resistencia al robo
Edgar Vinicio Urdaneta Bravo (42), sargento técnico de tercera de la Aviación, hacía 10 años que se había retirado y Roger Rafael Morillo Piñere (46), sargento mayor de segunda de la Guardia Nacional, retirado desde hace 3 años. Estos funcionarios fueron asesinados en un lapso de 48 horas; aunque los homicidios fueron en distintos lugares, en ambos hechos los fallecidos se resistieron al robo.
Funcionarios del Grupo de Trabajo Contra Homicidios están trabajando en ambos crímenes, uno cometido en la parroquia Unión del municipio Iribarren y el otro en la ciudad de Carora, municipio Torres.
Corrió herido
Morillo Piñere, por 25 años sirvió en la Guardia Nacional, su último trabajo fue en San Cristóbal, en el Comando Regional 1, por ser padre de dos hijos, entre ellos un niño que ahora tiene 9 años; quiso dedicarle su tiempo a ellos y hace tres años dejó la institución.
El sargento mayor de segunda se retiró a su casa en la urbanización Calicanto, ubicada al Noreste de Carora, y con su vehículo comenzó a trabajar como taxista, para seguir llevando el sustento a su hogar.
Era el décimo de diecisiete hermanos, con todos compartía, fue descrito como una persona trabajadora y amigable, muy querido por todos.
Aura Morillo tenía su rostro hinchado de tanto llorar la pérdida de su hermano. Con esos ojitos vidriosos recordó que eran las 8 de la mañana del miércoles cuando el funcionario salió de su casa, le había pedido prestada una motocicleta a un sobrino porque tenía el vehículo malo.
En una Jaguar azul se trasladaba Morillo Piñere y cuando se iba por la urbanización Antonio José de Sucre, fue interceptado por un Chevrolet Malibú azul en el que iban varios sujetos desconocidos que pretendían que el sargento se detuviera. Morillo Piñere aceleró la marcha de la motocicleta y lo mismo hicieron los del auto y al ponérsele un paso más adelante le dispararon.
El proyectil que le dio en el pecho al ex funcionario hizo que se cayera de la moto. Por su instinto de supervivencia Morillo Piñere aún herido se paró y corrió, pero una cuadra más allá cayó y paralelamente uno de los delincuentes que iba en el Malibú se bajó y se montó en la motocicleta y se la llevó consigo.
Habitantes de la zona cuando vieron al hombre malherido lo auxiliaron y los trasladaron hasta el Hospital Pastor Oropeza de Carora, en donde fue intervenido quirúrgicamente, pero en vista de su delicado estado de salud fue remitido a las 3 de la tarde al Hospital Central Antonio María Pineda, en donde ingresó a las 5:20 de la tarde.
El hombre estuvo hospitalizado en la cama 1 del área de emergencia. Según contó su hermana no fue mucho lo que hicieron en el centro asistencial. Mientras estuvo recluido, estaba inconsciente y a las 4:30 de la madrugada de ayer un paro respiratorio hizo que el corazón del sargento mayor de segunda de la Guardia Nacional se detuviera y trajera la tristeza para su seres queridos.
Ya se le había advertido
En las afueras de la morgue se encontraban los familiares del otro funcionario retirado, que aunque en un principio se dijo pertenecía a la Guardia Nacional, el día de ayer los dolientes confirmaron que era de la Aviación.
José Trinidad Urdaneta, estaba en Maracaibo y en horas del mediodía del miércoles recibió una llamada telefónica, la misma anunciaba una tragedia. Dos sujetos de forma inescrupulosa le habían quitado la vida al tercero de sus cuatro hijos.
De inmediato el señor Urdaneta se movilizó hasta el estado Lara, lugar que por 30 años había acogido a Urdaneta Bravo.
El señor con su voz entrecortada comentó que unos años después de que su hijo se retiró de la Aviación comenzó a trabajar como taxista; aunque vivía solo en Sanare, bajaba hasta Barquisimeto a realizar sus carreras, además en esta ciudad era donde se encontraba con tres de los cuatro hijos que tenía.
El padre de la víctima manifestó que en infinidad de oportunidades le insistieron que dejara de trabajar como taxista, por lo peligroso que era el trabajo, pero él insistía en que su casa se aburría y por ello salía a trabajar.
No existe respeto
Familiares de ambas víctimas fatales coincidieron al exigir a las autoridades justicia por estas muertes.
Manifiestan que eran personas buenas y de conductas intachables que pertenecieron a las Fuerzas Armadas del estado y salieron de dichas instituciones para dedicarle tiempo a sus familias, luego de haberse entregado en cuerpo y alma a las mismas.
Una de las denuncias realizadas por uno de los seres queridos de Urdaneta Bravo, es que en el momento en que él fue asesinado en Barrio Unión, a unas cuadras se encontraba un grupo grande de funcionarios policiales del estado, a quienes tenían practicando para un desfile y a pesar de escuchar en la radio lo sucedido, ninguno pudo moverse del lugar para buscar a los asesinos del taxista.
Aseguran que son más de cien hombres los que en toda la semana han tenido allí ocupados, dejando ciertos sectores de la ciudad desprotegidos.
Además con gran impotencia expresaron que los delincuentes no respetan uniformes, ni sexo, ni edad, y a su paso se están llevando personas buenas y productivas para el país.
Fotos: Dedwison Álvarez
