Venezuela condenó el miércoles el ataque en Damasco que causó la muerte del ministro de Defensa sirio y cuñado del presidente Bashar al-Assad, instando a las potencias extranjeras a no intervenir militarmente en el país.
El presidente socialista Hugo Chávez ha ayudado a socavar las sanciones contra Siria al enviar combustible diesel al país, y ha descrito el conflicto como una conspiración internacional respaldada por las potencias occidentales.
«El Gobierno Bolivariano (de Venezuela) quiere hacer llegar sus más sentidas palabras de condolencia al valiente Pueblo sirio, y en particular a los familiares y allegados de las víctimas de este nuevo crimen», dijo la cancillería en un comunicado.
Este agregó que Venezuela «exhorta a la comunidad internacional a evitar cualquier intervención armada que sólo contribuiría a profundizar el conflicto en la República Árabe Siria».
Un bloque de gobiernos de izquierda de América Latina conocido como ALBA, liderado principalmente por Chávez, acusó en junio a los países occidentales de planificar para intervenir en Siria como lo hicieron en Libia y elogió a Al-Assad, pese a la condena mundial generalizada.
Chávez siguió siendo un aliado del fallecido líder libio Muammar Gaddafi durante el levantamiento que lo derrocó en última instancia con la ayuda de ataques aéreos europeos y estadounidenses.