En la comunidad Ruezga Norte, parroquia Catedral, el aseo urbano no cumple con su función. Desde hace varias semanas, los habitantes del popular sector esperan por los compactadores: los desperdicios se ven por doquier.
En bolsas o recipientes, acumulan los desechos que, de permanecer más tiempo frente a las viviendas, seguramente generará una terrible contaminación en la zona. Se trata de una realidad desagradable, capaz de robarles hasta el aire puro a quienes habitan por ahí.
Carmen Colmenárez, habitante, declaró que “siempre” ha sido un problema el servicio que ofrece el Instituto Municipal del Aseo Urbano (Imaubar), al menos, en el sector donde reside. De hecho, las personas optan por arrojar la basura a la quebrada o la dejan en diferentes espacios del vecindario.
“Nos preocupa que la comunidad tenga tan mala apariencia, en medio de la basura, a lo largo de todas las calles, frente a las escuelas de primaria y hasta en las inmediaciones del ambulatorio. Por nuestra cuenta, limpiamos algunos espacios del sector”, sostuvo la conurbana.
Otra de las vecinas, Gladys de Flores, habló de las consecuencias que dejan las fallas en dicho servicio. Olores desagradables y la proliferación, preocupa a las familias de la Ruezga Norte, debido a que empiezan a ocasionar enfermedades entre los chicos y adultos. A través de picaduras o mordeduras, presentan malestar general las personas alcanzadas por roedores y reptiles. “Nos da miedo la cantidad de animales que salen de los montones de basura, ubicados en la orilla de la quebrada y en otros lugares del barrio.
Asimismo, exhortan a la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) a fin de que realicen un saneamiento de la quebrada que atraviesa a la comunidad. La abundante maleza impide que el agua siga su curso, además de ocasionar igualmente la multiplicación de alimañas.
Aguas negras colapsadas
En la avenida principal de la Ruezga Norte, existe un bote de aguas negras que incomoda a las familias cercanas al colapso de cloacas. Líquidos putrefactos se acumulan en la vereda seis, en la vía que conduce al puente El Jebe. Huele mal todo el tiempo.
Cuando arrecia el sol, la fetidez se vuelve más insoportable y los vecinos deben sufrir con esta fatídica situación que bien pudiera resolver Hidrolara. Sin embargo, no ocurren ni siquiera inspecciones por parte de la hidrológica. La tubería continúa dañada.
Cerca de un año, tienen colapsadas las conexiones de la red colectora en este punto de la comunidad, traduciéndose en una insalubridad tremenda que pareciera no tener fin. Solicitan a la hidrológica una pronta atención, de lo contario, seguirán padeciendo un calvario.
Algunos de los vecinos tienen dolores de cabeza, náuseas, vómitos, lesiones en la piel, a causa del ambiente insalubre que producen las clocas desbordadas. Al parecer, haría falta sustituir por completo la red de las aguas servidas, porque datan de hace largos años.
Fotos: Jairo Nieto